El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, denunció ante la ONU lo que calificó de una “amenaza militar absolutamente ilegal e inmoral” por parte de Estados Unidos, al tiempo que pidió respeto a la soberanía venezolana y la paz en el Caribe y Suramérica.
En su discurso durante el 80º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, el canciller sostuvo que Caracas enfrenta desde hace más de una década una “guerra multidimensional” contra su economía y su institucionalidad, que incluye más de mil sanciones ilegales, intentos de magnicidio, incursiones mercenarias y presiones externas para forzar un cambio de régimen.
“El pueblo venezolano ama la paz, y por eso siempre está presto a defenderla. No nos atemorizan amenazas, ni mentiras, ni cañones”, afirmó Gil, en referencia a lo que describió como una ofensiva de Washington para justificar una intervención destinada a controlar los recursos energéticos del país.
El canciller recordó que, desde 1999, con la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez, el país inició un proyecto soberano que “recuperó el control nacional sobre el petróleo” y buscó fortalecer la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como garantía de la seguridad energética mundial.
Gil sostuvo que las acciones contra Venezuela se intensificaron tras la caída de Chávez en 2013, cuando el presidente Nicolás Maduro asumió el liderazgo. “Está ampliamente documentada la agresión criminal que durante la última década han hecho contra Venezuela para apoderarse de sus riquezas naturales”, expresó.
El representante venezolano recordó los casos de Irak, Libia y Afganistán como ejemplos de lo que llamó “falsas justificaciones” para guerras devastadoras. A su juicio, la situación actual apunta a Venezuela como próximo objetivo de una estrategia intervencionista.
El canciller agradeció la solidaridad expresada por bloques regionales y multilaterales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el Movimiento de Países No Alineados y el grupo BRICS, que han manifestado respaldo a la estabilidad venezolana. “Rechazan estas amenazas inmorales y respaldan nuestro derecho a la paz y al desarrollo”, puntualizó, al tiempo que afirmó que Venezuela forma parte de un mundo multipolar emergente.
En su intervención, el canciller también reiteró la posición venezolana sobre temas internacionales sensibles. Expresó apoyo al pueblo palestino y pidió el fin de lo que denominó “genocidio del régimen sionista de Israel”.
Además, Gil alertó sobre el debilitamiento del sistema de Naciones Unidas y llamó a rescatar su legitimidad mediante el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU. Señaló que “los nazis de hoy, como los Hitler de ayer, trabajan por su destrucción. Nosotros nos empeñamos en su consolidación”.
El ministro cerró su discurso reafirmando que Venezuela “no ha sido, no es ni será jamás una amenaza para ninguna nación” y que seguirá apostando por un orden internacional justo y equitativo.
El discurso del jefe de la diplomacia venezolana se enmarca en medio de graves amenazas militares estadounidenses luego de que, a finales de agosto, Washington ordenó el despliegue de ocho buques militares cargados con 1.200 misiles, aviones de combate F-35, además de un submarino nuclear en aguas caribeñas cercanas a Venezuela, bajo la excusa de una presunta “lucha contra el narcotráfico”.
Caracas desmiente dicho motivo y ha alertado ante la comunidad internacional que desde la Casa Blanca se pretende forzar un cambio de Gobierno en Venezuela y amenazar la paz de la región.