El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, presentó ayer su renuncia al cargo, horas después de que se conociera que quiso presionar a una subsecretaria de esa cartera para ocultar información a la Justicia sobre el otorgamiento de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
“Deseo manifestar que no hubo nada ilegal en la tramitación del pasaporte tramitado para el señor Marset, en cuya instancia tampoco tuve participación ni conocimiento alguno”, afirmó el flamante ex ministro en la cuenta oficial de los Medios Públicos en la red X.
“Por supuesto, tampoco mentí o me aparté de la verdad en la interpelación parlamentaria”, aseguró, y apuntó a la entonces vicecanciller: “La doctora Ache, descontextualizó conversaciones y obró de mala fe”.
El caso estalló después de que la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Ache entregara ayer a la Fiscalía unos chats que cruzó con Bustillo, en los que éste le sugería que “pierda” el celular para evitar darle a la Justicia conversaciones vinculadas a la entrega del pasaporte uruguayo a Marset.
El Gobierno de Uruguay designó luego como canciller interino a Diego Escuder, en medio de los reclamos de la oposición y hasta de parte del oficialismo para que el presidente Luis Lacalle Pou dé explicaciones por la crisis en el Ejecutivo.