Estados Unidos registra el cierre de gobierno más largo de su historia

La parálisis mantiene sin sueldo a cientos de miles de empleados y afecta servicios en todo el país.

Estados Unidos registra el cierre de gobierno más largo de su historia

Republicanos y demócratas se culpan entre sí por la paralización federal que cumple 37 días.

El cierre del gobierno de Estados Unidos hizo historia este miércoles al cumplir 36 días, superando el récord anterior de 35 establecido durante la administración de Donald Trump en 2018-2019. La parálisis partidista en el Congreso sigue sin mostrar señales de resolución, luego de que un proyecto republicano de financiación temporal, aprobado en la Cámara de Representantes, fracasara por decimocuarta vez en el Senado al no alcanzar los 60 votos necesarios.

Ante el estancamiento, los líderes republicanos y demócratas continúan culpándose mutuamente. Los republicanos se niegan a extender los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, lo que provocará aumentos drásticos en primas y copagos, advirtió el líder demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries.

Por su parte, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, acusó a los demócratas de politizar el conflicto: El cierre provocado por Schumer nunca tuvo que ver con la atención médica ni con ninguna otra política, dijo, refiriéndose al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer.

Según el ex congresista Greg Cusack, “hay poca evidencia de bipartidismo o negociaciones de buena fe, tanto en el Capitolio como entre el Congreso y la Casa Blanca.

Mientras tanto, analistas apuntan que Trump podría aprovechar el cierre para impulsar su plan de reducir el tamaño del Gobierno federal, mediante recortes de personal. El director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, estimó que la medida podría derivar en la eliminación de más de 10.000 empleos públicos.

Del lado demócrata, algunos observadores creen que el partido ve la crisis como una oportunidad para fortalecer su agenda política y mostrar cohesión interna, especialmente tras su postura firme en defensa del gasto en salud, origen del enfrentamiento presupuestario.

Impacto en los servicios esenciales

Mientras los partidos se enfrentan, los efectos del cierre más prolongado de la historia estadounidense ya se sienten en la vida cotidiana.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió el martes sobre el riesgo de cancelaciones masivas de vuelos si los controladores aéreos no reciben sus salarios completos.

Actualmente, 13.000 controladores y 50.000 agentes de seguridad aeroportuaria trabajan sin paga. La Administración Federal de Aviación (FAA) reducirá en un 10% el tráfico aéreo en 40 aeropuertos a partir del viernes.

No vamos a esperar a que ocurra una tragedia para actuar, dijo Duffy en una conferencia conjunta con el administrador de la FAA, Bryan Bedford, quien calificó las medidas como “sin precedentes en 35 años” de carrera.

El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) también se ha visto afectado. La administración Trump anunció que usará fondos de emergencia para cubrir la mitad de las prestaciones este mes, aunque algunos estados podrían demorar semanas en restablecer la distribución completa.

Sin embargo, el martes, Trump afirmó en redes sociales que los fondos se liberarán solo tras la reapertura del Gobierno. El programa beneficia a 42 millones de estadounidenses, la mayoría por debajo del umbral de pobreza.

Los demócratas lo acusaron de “instrumentalizar el hambre”, mientras 1,4 millones de empleados federales siguen sin cobrar, algunos recurriendo a comedores solidarios.

Consecuencias económicas y descontento público

La Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió que, según la duración del cierre, la tasa de crecimiento del PIB podría caer entre 1 y 2 puntos en el último trimestre del año. Un cierre de seis semanas supondría pérdidas por US$11.000 millones, y uno de ocho semanas, US$14.000 millones.

El descontento ciudadano también crece. Una encuesta de Gallup mostró que la aprobación del Congreso cayó al 15%, mientras que casi el 80% de los estadounidenses desaprueba su desempeño. Según otro sondeo de ABC News/Washington Post/Ipsos, el 68% de los encuestados considera que el Partido Demócrata está desconectado de las preocupaciones de la población, y el 61% opina lo mismo del Partido Republicano.

Desde el primer cierre gubernamental en 1976, Estados Unidos ha enfrentado 15 cierres parciales. Los expertos coinciden en que estos episodios se han politizado cada vez más, reflejando la creciente polarización del país.

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