A tan solo cuatro días de la asunción de la presidenta electa Xiomara Castro, dos autoridades paralelas fueron designadas ayer para el Congreso de Honduras, en ceremonias separadas.
La crisis estalló el pasado viernes, en una sesión que tuvo golpes y gritos, cuando Jorge Cálix juró como presidente provisional, en desobediencia al pacto entre los partidos Libertad y Refundación (Libre), al que pertenece Castro, y el Partido Salvador de Honduras (PSH).
Calix había sido apoyado por 20 diputados de Libre, pero dos de ellos se retractaron públicamente y los otros 18 fueron expulsados del bloque. Luego de estas internas, ayer tuvo lugar una situación inaudita cuando los 18 diputados disidentes del partido de Castro, con apoyo de fuerzas de derecha, eligieron presidente del Congreso a Cálix en la sede de un centro social, mientras que, por otra parte, los legisladores de Libre nombraron a Luis Redondo, del PSH, en el edificio del parlamento.
Acusado de “traidor” por Castro, Cálix prometió sin embargo trabajar para el cumplimiento del programa de la presidenta electa. La presidenta electa, que invitó a Redondo a la ceremonia de asunción, acusó a los disidentes de su partido de aliarse con el Partido Nacional (PN), del gobierno actual, para impedirle cumplir con las transformaciones que prometió realizar durante la campaña presidencial.