Al poner término ayer a la audiencia general en el aula Pablo VI, el papa Francisco dijo que comparte con el mundo el auspicio que Siria pueda proseguir por el camino “de la estabilidad y la unidad sin ulteriores violencias y fracturas como aquellas que ha sufrido este país por más de un decenio”.
El martes fue formalmente nombrado Mohammad al Bashir como primer ministro del gobierno de transición sirio, y Francisco auspició que se logre una solución política “que sin otros conflictos y divisiones promueva la estabilidad y la unidad del país”.
El pensamiento del Papa, sobre todo, va al pueblo sirio, que confía “en la intercesión de María Virgen” para que “pueda vivir en paz y seguridad en su amada tierra”.
Francisco pidió que “las diversa religiones puedan caminar juntas en la amistad y en el respeto recíproco por el bien de la nación siria, afligida por tantos años de guerra”.
Como en todas las audiencias de los miércoles, el pontífice hizo referencia también a los países lacerados por la guerra. En primer lugar a Ucrania “todavía bajo los ataques rusos”.
“Pienso siempre en la martirizada Ucrania, que está sufriendo tanto en esta guerra. Oremos para que se encuentre una via de salida”. El Papa citó además a Palestina, Israel y Myanmar, y volvió a “implorar la paz para que vuelva la paz, que haya paz”.