Bombas planeadoras, drones y un misil balístico rusos impactaron ayer en ciudades del sur y este de Ucrania, matando al menos a seis civiles e hiriendo a unos 30 más, dijeron funcionarios.
Rusia intensificó recientemente los ataques que durante mucho tiempo han atormentado áreas civiles, dijo el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en un aparente esfuerzo por desconcertar a los ucranianos y desgastar su voluntad de mantener una guerra que se está acercando a su hito de 1.000 días.
“Todos los días, todas las noches, Rusia comete el mismo terrorismo”, dijo Zelenski en una publicación en la aplicación de mensajería Telegram. “Solo que un número cada vez mayor de civiles se están convirtiendo en objetivos”.
Por su parte, el gobierno de Joe Biden aceleró en los últimos días el envío de armas a Ucrania, en previsión de un recorte tras la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero.
Pero la iniciativa demócrata de remitir miles de millones de dólares en equipo militar a Kiev antes de esa fecha enfrenta importantes obstáculos logísticos y genera preocupación de que las transferencias agoten las ya escasas reservas estadounidenses.