El Gobierno de Benjamin Netanyahu se vio inmerso ayer en una polémica tras la liberación del director del hospital Al Shifa de Gaza, detenido para ser interrogado por las presuntas actividades de Hamás en el centro. El asunto salpicó a varios ministros y al Shin Bet, la agencia de inteligencia interior, mientras el médico denunció “torturas severas” a presos palestinos y siguen los combates en la Franja.
Tras siete meses en una prisión israelí, ayer volvió a Gaza Mohammad Abu Selmeyah, director del Al Shifa, que fue detenido el pasado 23 de noviembre para ser interrogado. La noticia de su liberación cogió por sorpresa a los ministros del Ejecutivo. “Es hora de mandar al jefe del Shin Bet a casa”, escribió en WhatsApp el ultraderechista a la cabeza de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, expresó: “Este hombre, bajo cuya responsabilidad nuestros rehenes fueron retenidos y asesinados, debe estar en prisión”.
En tanto, la comunidad jaredí (religiosos ultraortodoxos) reforzó con una protesta el pulso que mantiene con las autoridades israelíes tras el fin del privilegio que les mantenía alejados de la obligación de servir en el ejército. Una gran pancarta colgada a lo largo de tres pisos de una fachada de ese vecindario deja clara su postura: “No nos alistaremos en el ejército enemigo”.
Tras la protesta, hubo cinco detenidos tras el lanzamiento de piedras a los vehículos de un ministro y un ex ministro. Entre los periodistas que cubrían la marcha de protesta había varias mujeres que recibieron escupitajos y fueron insultadas, empujadas y agredidas con el lanzamiento de objetos por parte de los religiosos para que abandonaran el entorno.