El presidente israelí, Isaac Herzog, dijo ayer que Israel estaba listo para aplicar una segunda tregua en su ofensiva contra Hamás en la Franja de Gaza que permita liberar a más rehenes retenidos por el grupo islamista palestino, en medio de presiones externas e internas. Sin embargo, el grupo que controla el enclave rechazó “categóricamente” la posibilidad de abrir un nuevo proceso de negociaciones para entregar más de los rehenes secuestrados el 7 de octubre a cambio de palestinos presos en cárceles israelíes.
En comentarios a un grupo de embajadores de 80 países, el jefe de Estado, cuyo rol es mayormente protocolar, dijo que Israel podría triplicar la cantidad de ayuda humanitaria que ingresa en Gaza y urgió a las organizaciones internacionales a esforzarse más para repartirla. “Israel está listo para (adoptar) otra pausa humanitaria y (permitir el ingreso) ayuda humanitaria adicional para permitir la liberación de rehenes”, dijo Herzog.
En tanto, el grupo armado aseguró que solo estudiará iniciativas que permitan avanzar hacia el “fin de la agresión” y la reapertura de los pasos fronterizos para que la ayuda humanitaria pueda entrar al enclave palestino, según un comunicado recogido por el diario Times of Israel. Hamás también reclamó una retirada de las tropas de Israel, si bien el Gobierno de Benjamin Netanyahu advirtió que no contempla por ahora poner fin a la ofensiva y, de hecho, prometió seguir con ella hasta erradicar por completo la amenaza de esa milicia en Gaza.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió un alto el fuego humanitario en Gaza, donde dijo temer que la crisis humanitaria por la falta de alimentos, agua y saneamiento provoque más muertes de chicos palestinos que los bombardeos. ”Sin suficiente agua potable, alimentos y servicios sanitarios, que solo un alto el fuego humanitario puede lograr, las muertes infantiles a causa de enfermedades podrían superar a las de los bombardeos”, expresó el vocero de Unicef, James Elder.