Kazajistán se ve envuelto en un escenario de violencia que, hasta ayer, se había cobrado la vida se 164 personas y llevó a la cárcel a otras 5.800, según informó el propio Gobierno. Desde hace ya una semana la ola de violencia se recrudeció, por lo que el gobierno pidió el envío de tropas por parte de una alianza militar encabezada por Rusia, y ejecutó un cambio de ministros que se formalizará el martes. Ayer la oficina presidencial emitió un comunicado donde informaron que las fuerzas de seguridad ya restablecieron el orden y recuperaron el control de edificios de gobierno y de la administración pública que habían sido tomados por manifestantes.
El presidente, Kasim-Yomart Tokayev, que había considerado a las protestas como actos “terroristas”, señaló que estas eran organizadas por un grupo de “instigadores”. Tras estos dichos, el sábado pasado el ex jefe de la agencia de inteligencia de Kazajstán, Karim Masimov, fue arrestado por sospechas de alta traición al Gobierno. Apenas unas horas después, también se conoció la salida del vicesecretario del Consejo de seguridad nacional, Azamat Abdimomunov.
Kazajistán, un país de 19 millones de habitantes y rico en hidrocarburos, fue escenario esta semana de una serie de disturbios sin precedentes desde su independencia en 1989. La movilización comenzó el 2 de enero en las provincias por el aumento del precio del gas, y se extendió a grandes ciudades, sobre todo a Almaty -capital económica del país- donde estallaron los disturbios que incluyeron saqueos e incendios, a lo que la policía respondió con mano dura, disparando con balas reales contra los manifestantes.
Según el Ministerio del Interior los daños materiales se evalúan en cerca de 200 millones de dólares. Si bien el descontento de la población tuvo como móvil el precio del gas, con el correr de los días el descontento viró hacia el Gobierno. Una de las exigencias era la expulsión del gabinete de Nursultan Nazarbayev, ex presidente kazajo entre 1990 y 2019, quien para la población continuaba al frente de las decisiones más importantes. Ya el 5 de enero, Tokayev había aceptado la dimisión de los ministros de gobierno y asumido la jefatura del Consejo de Seguridad Nacional, encabezado hasta entonces por Nazarbayev.
A su vez, Tokayev mismo fue quien solicitó ayuda internacional a la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, una alianza militar liderada por Rusia, que envió unos 2.500 soldados a Kazajistán como fuerza de mantenimiento de la paz. Además, tanto el gobierno de Rusia como el de Kazajistán reconocieron una conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par kazajo para analizar la situación del país.