Son cada vez más altas las posibilidades de que el ex presidente, Luiz Inácio Lula Da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT) y el ex gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, antes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) se consagren como la fórmula opositora para las próximas elecciones presidenciales de Brasil.
La semana pasada, Alckmin renunció a su partido en lo que se supone parte de su estrategia electoral. En la carta de despedida, el ex gobernador dijo que eran “tiempos de cambio”, dejando en claro que su intención no era retirarse de la política. Al día siguiente, Alckmin compartió una cena de beneficencia organizada por el grupo de juristas Prerrogativas, un centro de pensamiento progresista que ha enfrentado al lawfare ejecutado por la Operación Lava Jato.
En ese encuentro, la posibilidad de una alianza entre estos dos actores se hizo más fuerte luego de Lula elogiara públicamente en su discurso al ex tucán (así se conocen a los que apoyan al PSDB). Allí Lula señaló: “Es hora de que perseveremos juntos, para restaurar la democracia y reconstruir este país. No es una tarea para una sola persona. Es una obra colectiva”.
Para poder completar la alianza, Alckmin debería afiliarse a otro partido, hasta el momento, todo indicaría que quienes lo recibirán en sus filas es el Partido Socialista de Brasil (PSB). Sin embargo, el presidente del PSB Carlos Siquiera, manifestó que para poner su “chapa”, el partido quiere a sus propios candidatos en cinco estados: São Paulo, Rio Grande do Sul, Pernambuco, Rio de Janeiro y Espírito Santo.
Surge así un obstáculo en las negociaciones, ya que desde el espacio de Lula, si bien apoyan la afiliación de Alckmin al PSB, también estarían tras la candidatura en São Paulo, uno de los estados más importantes de Brasil, donde pretenden que se presente el ex alcalde y ex candidato a presidente del PT, Fernando Haddad. A su vez, Alckmin también pone en juego su imagen en São Paulo, donde lidera todas las encuestas.
Más allá de las diferencias esgrimidas, todos los involucrados afirman que la prioridad es la unidad para vencer al actual presidente, Jair Bolsonaro.