Los 164 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) decidieron suspender las patentes de las vacunas anticovid, al permitir en exclusividad a los países en desarrollo fabricarlas por cinco años sin pagar regalías.
La declaración, pactada en la XII Conferencia de la OMC en Ginebra, – en la que también se arribó a otros seis acuerdos en materias igual de urgentes -, “autoriza el uso, sin consentimiento del titular de los derechos» de las patentes necesarias para producir y suministrar esas dosis, incluyendo ingredientes y procesos.
Lo firmado incluye la tecnología del ARN mensajero, una novedad científica que propulsó los tratamientos contra la pandemia. Se trata de un hecho «sin precedentes», indicó la directora del organismo, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala. No obstante, quedó el interrogante si el pacto llega a plasmarse con demasiado demora.
Mientras que a mediados de junio ya se habían elaborado 14 mil millones de dosis, algunos productores decidieron interrumpir la fabricación ante la falta de demanda. «Simplemente es demasiado tarde para que se abran nuevas fábricas», opinó el ministro indio de Comercio, en la OMC, Shri Piyush Goyal, en declaraciones reproducidas por el sitio France 24.
Otra de las críticas es que el texto no obliga a las empresas propietarias de las patentes a compartir su tecnología ni los datos de sus ensayos clínicos, que seguirán siendo secretos comerciales.
Algunos observadores atribuyen ese hecho a la presión de potentes sectores farmacéuticos de la Unión Europea (UE), Suiza y Reino Unido. No obstante, los miembros de la OMC fijaron para dentro de seis meses un análisis que permita definir si amplían o no a estos productos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el 60% de la población mundial ya recibió, al menos, dos dosis de vacuna anti covid, pero el panorama es muy desigual: por ejemplo, en Nigeria solamente fue vacunado el 8 % de la población, menos del 5 % en Camerún y el 17% en Libia.
Según Tendayi Achiume, relatora especial de la ONU sobre discriminaciones, “el statu quo actual equivale a un sistema de apartheid vacunatorio». Médicos Sin Fronteras, organización de acción médico-humanitaria, calificó al pacto como «un fracaso global para la población de todo el mundo».