La Unión Europea (UE) teme cada vez más que la guerra no se detenga en la frontera con Ucrania y pretende preparar a sus Estados para cualquier contingencia. El alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, lanzó ayer un mensaje rotundo en la presentación de la estrategia europea para reforzar la industria de defensa frente a la amenaza rusa: “Cuando presentamos la brújula estratégica de la UE, dije que Europa estaba en peligro, ahora todavía lo está más”.
En ese sentido, expresó que estar listos implica “más munición y más armas” y, en consecuencia, más capacidad para fabricarlas, más investigación y más inversión en la industria de defensa, vista con recelo hasta hace poco.
En ese contexto de creciente inquietud por la asertividad rusa, la Comisión Europea presentó ayer la llamada Estrategia Europea de Defensa, con Ucrania como uno de los focos principales. Con este país, Europa pretende impulsar las compras conjuntas de material bélico fabricado en Europa y para ello dio deberes a las capitales: en 2030, al menos el 50% de las adquisiciones para sus ejércitos debería estar producido en el bloque comunitario y el 40% de todo lo que compren debería ser material desarrollado entre varios países de la UE, como lo es ahora el avión de combate Eurofighter.
“Tenemos que hacernos cargo de nuestra seguridad”, explicó la vicepresidenta del Ejecutivo de la Unión, Margrethe Vestager. Esta es una referencia clara a que los países europeos deben dejar de confiar en que Estados Unidos sea el paraguas que les protegerá de una potencia agresora como Rusia e independizarse de “la dinámica electoral” al otro lado del Atlántico, sobre todo ahora que el republicano Donald Trump amenaza con volver a la Casa Blanca. “El periodo del dividendo de la paz ha pasado”, remarcó el titular de Mercado Interior, Thierry Breton.
La falta de dinero es algo de lo que se debatió en los días previos a la presentación de la estrategia. Por ejemplo, Francia, Polonia y Estonia enviaron una carta a la Comisión Europea el lunes reclamando una “financiación adecuada” al sector.
Partidos pro Putin se unen en la derecha
La extrema derecha europea se reúne en el Parlamento Europeo en dos grandes grupos, ‘Europa de Conservadores y Reformistas’ (ECR) e ‘Identidad y Democracia’ (ID).
En los últimos meses, ID está virando para ser una formación pro-Putin a pesar de que el mayor partido del grupo, los franceses del ‘Rassemblement National’ (RN) de Marine Le Pen intentan borrar su rusofilia.
En febrero se unió a su grupo europeo ‘Vazrajdane’ (significa ‘resistencia’), un partido búlgaro de ultraderecha que nunca escondió sus simpatías por Putin. También se unió a ID un pequeño partido eslovaco de extrema derecha y también abiertamente pro-Putin, el ‘Partido Nacional Eslovaco’ (SNS, en sus siglas eslovacas).
Los grupos políticos en la Eurocámara aceptan normalmente de buen grado a nuevos miembros porque eso les hace crecer, pero la presencia de partidos pro-rusos abre una vía de agua a quienes, como Le Pen buscan que el electorado no recuerde sus pasadas simpatías por Putin.