En las últimas semanas diversos países del mundo debieron aumentar las restricciones sanitarias y suspender las fiestas de Navidad y Año Nuevo frente a un abrupto incremento de contagios de coronavirus, tal como ocurrió el año pasado, aunque esta vez se debe, fundamentalmente, a la nueva variante Ómicrom.
En Europa, París y Londres cancelaron las celebraciones públicas. En EE.UU., desde Los Ángeles tomaron la misma decisión y se espera que Nueva York se sume a la medida para el 31 de diciembre. La capital de Canadá, Quebec, impuso un límite de 6 personas o de dos “burbujas” para reuniones privadas desde el 26 de diciembre.
En América Latina, Río de Janeiro también suspendió las típicas fiestas de año nuevo en sus playas. Por su parte, Ecuador centralizó la decisión y prohibió, en todo su territorio, los festejos públicos. Mientras que el gobierno peruano dispuso un toque de queda que regirá los días de las fiestas desde las 23 horas.