El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió, en una cadena nacional de radio y televisión, la tributación de los súper ricos para permitir la exención de Impuesto a las Ganancias de más de 15 millones de trabajadores, una ley recientemente aprobada por el Congreso y sancionada el 26 de noviembre por el mandatario.
Según Lula, la nueva ley, que libera del citado impuesto a quienes ganan hasta 5.000 reales mensuales (unos US$940) y establece un descuento para quienes perciben hasta 7.350 reales (unos US$1.378), ataca “los privilegios de una pequeña elite financiera” y representa un paso decisivo hacia la Justicia fiscal.
El presidente subrayó que la expansión será financiada por “el 0,1% de la población brasileña”, que pasará a pagar más impuestos “para brindar alivio a las familias que trabajan, luchan y mantienen este país en movimiento”.
La legislación introduce además un impuesto mínimo para personas de alta renta, con una tasa progresiva que puede alcanzar hasta 10% para quienes ganen más de 600.000 reales al año (aproximadamente US$112.500).
Las reglas comenzarán a aplicarse en 2026 y afectarán las declaraciones del impuesto a la renta presentadas en 2027.