Las protestas no detendrán la reforma de las pensiones ni otros cambios políticos, aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, antes de develar un plan con 50 medidas destinadas a evitar una crisis del agua este verano boreal y en los próximos años.
El plan toca un amplio abanico de medidas, entre ellas cómo reutilizar el agua, compartirla y evitar las fugas.
Con este plan, Macron y su gobierno pretenden pasar a otros asuntos distintos de la ley de pensiones, que desencadenó feroces protestas en todo el país durante dos meses.
No obstante, en Savines-le-Lac, en los Alpes, donde tenía previsto pronunciar su discurso, fue recibido por grupos de manifestantes enfadados con el proyecto de ley de pensiones. En una pancarta se leía «¡Macron dimisión!» y en otra «Agarra tu pensión, no la nuestra». Según los medios locales, dos manifestantes fueron detenidos.
El agua también es un asunto polémico en Francia. Dos hombres se encuentran en coma tras violentos enfrentamientos el sábado entre manifestantes y la policía durante una protesta no autorizada contra la construcción de un gigantesco embalse para riego agrícola en el oeste de Francia.
La peor sequía registrada en Francia el verano pasado agudizó el debate sobre los recursos hídricos en el mayor productor agrícola de la Unión Europea.
Los agricultores dicen que necesitan grandes embalses para poder regar sus cultivos este verano, mientras que los grupos ecologistas les acusan de malgastar el agua y aseguran que los agricultores confiscan así un bien común.
«Las protestas son normales», dijo Macron a los medios, «pero eso no significa que debamos parar. Nada justifica la violencia en una sociedad democrática».