Francia ha entrado en el parlamentarismo más profundo, después de las elecciones legislativas y la anticipada disolución de la Asamblea Nacional por Emmanuel Macron.
Después de tres vueltas, fue reelegida la nueva presidenta de la asamblea, la macronista Yael Braun Pivet. La misma obtuvo 220 votos contra 207 votos para su contrincante comunista, André Chassaigne.
El candidato conservador Republicano Sébastian Chenu quedó tercero. El “Perchoir”, como se llama a la presidencia en la Asamblea, es fundamental en estas horas, cuando hay un gobierno “caretaker” en Francia y los legisladores recién electos continúan siendo ministros.
“Las últimas semanas han sido extremadamente tensas. Podríamos ver en estas elecciones un país preocupado y fracturado. Hoy tenemos una inmensa responsabilidad ante la movilización de los franceses”, dijo Pivet.