Rusia comunicó el fin de semana, de forma sorpresiva, que su flota realizará maniobras militares en el Océano Pacífico para poner a prueba su “capacidad máxima” de combate, un anuncio que llega en plenas tensiones entre Estados Unidos y China en la zona y en medio de las disputas entre el Kremlin y Occidente por la guerra en Ucrania.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, dijo que la flota rusa del Pacífico trabajará “en breve” en ejercicios de combate en zonas marítimas “cercanas y lejanas”. Durante estos ejercicios, esta flota se entrenará para “repeler ataques aéreos masivos”, “buscar y destruir submarinos”, así como realizar disparos de torpedos, cañones y misiles, dijo Shoigu.
El ministro aseguró además que las maniobras se realizarán por orden del presidente Vladimir Putin y buscan “reforzar la capacidad de las fuerzas armadas para repeler agresiones”.
“Definimos como objetivo principal de esa inspección incrementar las capacidades de las Fuerzas Armadas para repeler la agresión de un enemigo hipotético desde los mares y océanos”, manifestó el funcionario durante una reunión con altos cargos del Ejército.
Por su parte, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, afirmó que las maniobras “no están relacionadas” con la presencia de la OTAN en Asia-Pacífico, donde hay tensiones entre China y Estados Unidos.