Cuando se cumplían nueve meses del inicio de la guerra en Gaza, manifestantes israelíes cortaron ayer rutas y autopistas en todo el país y pidieron la renuncia del primer ministro, Benjamin Netanyahu, así como un cese el fuego que pueda llevar a casa a los rehenes capturados por el grupo terrorista Hamás, mientras el premier israelí insistió en que se cumplan todos los objetivos de Israel en el marco de un acuerdo de paz.
Las manifestaciones comenzaron ayer a las 6.29 de la mañana, la hora a la que los milicianos de Hamás lanzaron los primeros cohetes hacia Israel en octubre. Los manifestantes bloquearon rutas importantes y protestaron ante las viviendas de parlamentarios israelíes.
Cerca de la frontera con Gaza, manifestantes israelíes liberaron 1.500 globos blancos y negros que simbolizaban a las personas asesinadas y secuestradas. Muchos de los manifestantes portaron banderas israelíes y entonaron consignas para exigir un acuerdo que permita el retorno de los rehenes, pero también gritos para pedir la dimisión del gobierno del primer ministro Netanyahu.
En ese marco, el presidente de Israel, Isaac Herzog, insto al Gobierno de Netanyahu a alcanzar un acuerdo con Hamás que permita el regreso de los rehenes que el grupo islamista mantiene cautivos en la Franja desde hace nueve meses. “La nación entera quiere su regreso. El deber del Estado es devolverlos”, señaló Herzog en la red social X.