México investiga al millonario que quemó un dibujo de Frida Kahlo para venderlo como NFT

El Instituto Nacional de Bellas Artes mexicano inició una investigación por “destrucción deliberada de un monumento artístico”, luego de que el empresario Martin Mobarak incinerará una obra valuada en USD 10 millones para comercializarla como criptoarte.

México investiga al millonario que quemó un dibujo de Frida Kahlo para venderlo como NFT

El dibujo 'Fantasmones siniestros' de la artista mexicana Frida Kahlo, mientras era quemado por el millonario Martin Mobarak.

Luego de que el empresario mexicoamericano Martin Mobarak quemara en julio en Miami el dibujo «Fantasmones siniestros» (1944) de la artista Frida Kahlo valuado en 10 millones de dólares para supuestamente digitalizarlo, convertirlo en criptoarte y «revalorizarlo», el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México informó que está investigando y recopilando «toda la información necesaria, a fin de establecer con certeza» qué ocurrió con la obra.

Dentro del marco legal mexicano existe un decreto por el que se declaró monumento artístico toda la obra de Kahlo y, en un comunicado reproducido por medios locales, la entidad recordó que en México «la destrucción deliberada de un monumento artístico constituye un delito en términos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos».

Sin embargo, el empresario eligió defenderse argumentando que gracias a haber quemado el dibujo, el patrimonio nacional crecerá.

Según las estimaciones de Mobarak, «los NFT se comprarán a través de ETH (Ethreum), una criptomoneda con un valor de 1.361 dólares, y cada NFT se venderá por 3 ETH, con lo que recaudará más de unos 40 millones de dólares».

El dibujo ‘Fantasmones siniestros’

Si las cuentas fueran correctas, algunas instituciones podrían salir beneficiadas con esta acción como la Casa Museo Frida Kahlo, el palacio de Bellas Artes y la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

Sin embargo, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México negó la posibilidad de que esas instituciones públicas vayan a recibir donación alguna por parte de dicho coleccionista y recordó que el Banco de México es fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, «en su calidad de titular de los derechos patrimoniales de las obras».

En el mismo texto, el instituto dependiente del Gobierno mexicano aclara que «acatará lo establecido» en los términos de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (Lfmzaah), su Reglamento y del Decreto «por el que se declara monumento artístico toda la obra de la artista mexicana Frida Kahlo Calderón».

Ese conjunto resguardado incluye la obra de caballete, la obra gráfica, los grabados y los documentos técnicos que sean propiedad de la nación o de particulares, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 18 de julio de 1984.

La presunta destrucción

Mobarak compró la imagen 2015 a la galería neoyorquina Mary Anne Martin. Admite que la quema del dibujo es una parte «fuerte» y que «se puede malinterpretar», pero para él es un proceso para llevar a la artista a una «inmortalización», «Quemar la obra va a ayudar a crear los fondos», señaló el fundador, quien cree que, si la artista conociera el destino de los fondos, le habría dicho que «quemara todo».

Mobarak hizo arder el dibujo en un evento realizado el pasado 30 de julio en Miami y desde su web invita al público a comprar en noviembre lo que, según señala, es el «NFT más histórico existente».

La obra fue digitalizada por las dos caras de la página. En el reverso, incluye las palabras “Cromóforo” y “Auxocromo”, dos términos científicos que la artista mexicana adoptó como nombres para ella y su pareja, el también artista Diego Rivera.

En otras de las páginas del diario, que forma parte de la colección del Museo Frida Kahlo en Coyoacán, la pintora se describe así misma como “Cromóforo, el que recibe color” y a Rivera como “auxocromo, el que captura color”.

Mobarak cuenta que la obra expresa el amor y el dolor. Por un lado, el amor reflejado por los términos con los que Kahlo se refería a ella y su pareja; por otro, los “fantasmas siniestros” que, según señala el millonario, la artista plasmó para mostrar los miedos.

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