Mientras miles de palestinos siguen celebrando el acuerdo de cese del fuego en Gaza, tras la liberación de tres mujeres israelíes y de 90 palestinos recluidos en las cárceles de Israel, la solidez de la marcha hacia una paz del estado judío con los palestinos de Hamás en Gaza sufrió con declaraciones del premier Benjamin Netanyahu y el presidente estadounidense Donald Trump, ya que ambos pusieron en duda que el acuerdo concluya con los 451 días de guerra en Gaza.
El primer ministro israelí Netanyahu envió una felicitación a Trump al asumir su segundo mandato en Washington por su investidura presidencial y afirmó que espera trabajar con él para lograr “el retorno de los rehenes restantes, destruir las capacidades militares y el mandato público de Hamas en Gaza” y asegurarse “que el enclave no vuelva a ser una amenaza para el futuro”.
Por su parte, Tramp aseguró que “no confía” en el mantenimiento del alto el fuego entre Israel y Hamás y en la conclusión de las tres fases de acuerdo. El magnate dijo también que Hamás “está muy débil”. Respondiendo a preguntas de un periodista, Trump dijo: “Esa no es nuestra guerra, es la guerra de ellos. Pero no estoy seguro” (que la tregua se sostenga).
En paralelo, seis palestinos murieron en Jenín, en el norte de Cisjordania, y otros 35 resultaron heridos en un gran operativo lanzado ayer por el ejército israelí en la zona, anunció el Ministerio de Salud palestino, en el tercer día de tregua. El Ejército israelí inició una redada a gran escala sobre Jenín, al que consideran como un bastión de las milicias palestinas en el norte de Cisjordania, a la que dio el nombre de “Muro de hierro”. El ministro de Finanzas, el ultra colono Bezalel Smotrich, aseguró en que Cisjordania viene “después de Gaza y Líbano” como parte de la campaña israelí “para erradicar el terrorismo en la región”.