Francia aprobó hoy un decreto que prohíbe los vuelos internos de corta distancia si ese mismo trayecto se puede realizar en tren en menos de dos horas y media, una política que busca reducir la emisión de gases de efecto invernadero en el marco de la lucha contra el cambio climático.
La medida, anunciada en el Diario Oficial francés, surge de la ley del Clima del 22 de agosto de 2021, que fue suspendida mientras la Comisión Europea examinaba un recurso presentado por las aerolíneas.
«Los servicios de transporte aéreo regular de pasajeros prohibidos por el capítulo II del artículo L.6412-3 del Código de Transporte incluyen los que pueden ser reemplazados por el servicio ferroviario, por una ruta menos de dos horas y media en cada dirección», destaca el documento, recogido por las agencias de noticias Sputnik y AFP.
Las excepciones son los vuelos de tránsito. Además, el punto de salida y llegada del tren debe hallarse en la misma ciudad a la que se planeaba el viaje aéreo.
En la práctica, los vuelos que cumplen con los requisitos son los que conectan París con Nantes, Lyon y Burdeos.
«Es la primera medida en el mundo que encaja perfectamente con la política gubernamental de promover la transición a aquellos vehículos que emiten menos gases de efecto invernadero», declaró el ministro de Transporte francés, Clément Beaune, a la cadena de televisión BMFTV.
Air France ya venía aplicando la ley desde mayo de 2020, en función de un acuerdo con el Gobierno que, en plena pandemia, le ofreció ayuda financiera a cambio de eliminar esos trayectos.
La presión aumenta en Europa para luchar contra el cambio climático y la huella carbono del transporte está en el punto de mira, por lo que las polémicas, sobre todo con los jets privados, son recurrentes.
El transporte aéreo es una de las actividades que más emisiones genera, junto con el transporte en barco.
En la cumbre del clima de Egipto, en 2022, 400 vuelos privados o de Estado aterrizaron en Sharm el Sheik, el balneario de lujo en el que se dieron cita los líderes mundiales para hallar mecanismos para reducir los índices de contaminación. A eso hay que sumarle los aeroplanos de empresas patrocinadoras y participantes, además de los de las compañías aéreas.
Si se colocara el transporte aéreo en la lista de países que más contaminan, ocuparía el decimosegundo puesto.