El primer ministro Benjamin Netanyahu no quiere ceder y firmar un acuerdo con Hamás por la liberación de los rehenes, secuestrados en Israel el pasado 7 de octubre. Su problema es que la sociedad israelí está mayoritariamente en contra de su decisión, incluidos los militares. Ofir Korzin, teniente coronel de la reserva de las fuerzas militares israelíes, participa activamente en las marchas para exigir un acuerdo que libere a los rehenes y lleve a un cese de hostilidades.
“En realidad, vemos que hasta ahora, por desgracia, las manifestaciones han tenido resultados limitados. Durante las últimas semanas, hemos visto a nuevos miembros del Parlamento israelí pidiendo un acuerdo inmediato, que permita el regreso de los rehenes. Creo que la manifestación fue uno de los detonantes que hizo surgir estas importantes voces”, dijo Korzin. Y agregó: “Sin embargo, los llamamientos no son suficientes. Necesitamos que se conviertan en una amenaza política real para el gobierno israelí para que sean eficaces. Por lo tanto, creo que se deben tomar medidas adicionales, además de la manifestación”.
Luego, el militar fue duro con Nertanyahu: “Creo que el primer ministro israelí prefiere su supervivencia política a la vida de nuestros rehenes”, declaró. “Israel sigue siendo una democracia fuerte, en la que los militares son obedientes a la hora de ejecutar las decisiones del gobierno. Los militares seguirán apoyando al gobierno. Sin embargo, a veces, en ciertos casos, hay una gran desconfianza entre el liderazgo de las FDI y el liderazgo político”, sumó.
Al ser consultado si prefiere eliminar a Hamás o liberar a los rehenes secuestrados en Gaza, Korzin no dudó: “Liberar a los rehenes, sin duda. Sin embargo, dar prioridad a estos dos objetivos no significa que debamos abandonar el objetivo que ocupa el segundo lugar en prioridad. Significa que debemos prestarle la debida atención en una etapa posterior”.
Y cerró: “Digamos que la estrategia de ambos lados es erradicar al otro, y que ambos lados son extremadamente tercos en ello. El resultado es que la guerra continúa”.
Mientras, Israel bombardeó ayer una zona humanitaria de la comunidad costera de Al Mawasi, en el sur del territorio palestino. La agencia de Defensa Civil de Gaza señaló que al menos 40 personas murieron y 60 resultaron heridas.
Israel asesinó a una activista turco-estadounidense
El ejército de Israel admitió ayer que es “muy probable” que uno de sus militares matara de manera “indirecta” e “involuntaria” de un disparo el pasado viernes a la activista turco-estadounidense de 26 años Aysenur Ezgi durante una manifestación contra la ocupación de Cisjordania.
“La investigación determinó que es muy probable que fuera alcanzada indirecta e involuntariamente por disparos del ejército que no estaban dirigidos contra ella, sino contra el principal instigador de los disturbios”, señaló un comunicado.
“El incidente tuvo lugar durante un violento disturbio en el que decenas de sospechosos palestinos quemaron neumáticos y lanzaron piedras hacia las fuerzas de seguridad” en el pueblo de Beita, al sur de Nablus, añadió.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, manifestó que el asesinato de Ezgi fue “no provocado e injustificado”. “Este es ya el segundo ciudadano americano muerto a manos de las fuerzas israelíes. Eso es inaceptable y se lo haremos saber, de manera muy clara, a los más altos oficiales del gobierno israelí”, enfatizó.