Al cumplirse 1.000 días de la guerra con Ucrania y como respuesta a la injerencia de Estados Unidos, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó ayer un decreto que habilita el uso de armas nucleares ante ataques convencionales. La medida sigue a la decisión del presidente Joe Biden de permitir que Ucrania ataque objetivos dentro de Rusia con misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos.
La firma de la doctrina, que indica que cualquier ataque aéreo masivo contra Rusia podría desencadenar una respuesta nuclear, refleja la disposición de Putin para amenazar con el uso del arsenal nuclear del país para forzar a Occidente a retroceder mientras Moscú presiona una ofensiva lenta en Ucrania.
Ante una pregunta sobre si la doctrina actualizada se había emitido de forma deliberada tras la decisión de Estados Unidos de retirar restricciones para que Ucrania utilice sus misiles de largo alcance contra Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el documento se publicó “de manera oportuna” y que Putin dio instrucciones al gobierno para actualizarlo a principios de este año para que esté “en línea con la situación actual”.
El líder del Kremlin anunció por primera vez cambios en la doctrina nuclear en septiembre, cuando presidió una reunión para debatir las revisiones propuestas. La nueva versión del documento establece que un ataque contra su país por una potencia no nuclear con la “participación o apoyo de una potencia nuclear” se interpretará como un “ataque conjunto a la Federación Rusa”.
En ese marco, el Ministerio de Defensa ruso informó ayer que Ucrania atacó el país con misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos. El canciller ruso Sergei Lavrov acusó directamente a Washington al afirmar que “los ataques ucranianos con misiles ATACMS son dirigidos por Estados Unidos”.
Europa denuncia una guerra híbrida
Gobiernos europeos acusaron ayer a Rusia de intensificar los ataques híbridos contra los aliados occidentales de Ucrania, mientras los países bálticos investigan si un corte de dos cables de fibra óptica de telecomunicaciones en el mar fue un sabotaje.
Aunque las autoridades europeas no acusaron directamente a Rusia de destruir los cables, tanto Alemania, como Polonia y otros países dijeron que era probable que se trate de un acto de sabotaje, mientras que las fuerzas armadas de Lituania reforzaron la vigilancia de sus aguas en respuesta.
“La escalada de las actividades híbridas de Moscú contra los países de la OTAN y la UE no tiene precedentes por su variedad y escala, y crea importantes riesgos para la seguridad”, dijeron en un comunicado los ministros de Asuntos Exteriores de España, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Gran Bretaña.