Rusia aseguró ayer que su Ejército “liberó por completo” las zonas residenciales de Severodonetsk, una victoria clave para su objetivo de tomar la región del Donbass ucraniano, aunque Kiev sostiene que sus tropas mantienen “intensos combates” en la localidad, donde unos 800 civiles se habrían refugiado en una planta química.
“Las zonas residenciales de Severodonetsk fueron liberadas por completo”, declaró el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, quien agregó que “la toma de control de la zona industrial y de las localidades vecinas continúa”.
Según sus palabras, Moscú controla ahora el 97% de la región ucraniana de Lugansk, a la cual pertenece Severodonetsk. “Las ciudades de Liman y Sviatogorsk, así como 15 otras localidades, fueron liberadas”, precisó Shoigu.
De confirmarse, la toma de estas dos ciudades garantizaría a Moscú el control de Sloviansk y Kramatorsk, la capital de la región de Donetsk, aún bajo control ucraniano. Si bien el gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, aseguró que los rusos aun no controlan Severodonetsk y dijo que “se mantienen intensos combates”; lo cierto es que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, admitió que las fuerzas de su país estaban siendo superadas en número en esa ciudad del este, donde los rusos “son más fuertes”, afirmó.
Incluso, Zelenski admitió que los combates en la localidad y en la vecina Lisichansk “han convertido a ambas en ciudades muertas”, a la vez que pidió a China que interceda para detener el conflicto. El mandatario le pidió a su par chino Xi Jinping que “use su influencia sobre Rusia para poner fin a esta guerra”, pues “lo que suceda puede conducir a la Tercera Guerra Mundial, y esto debería ser una prioridad para todos los líderes”, advirtió.
Pocos dudan ya sin embargo de la caída de Severodonetsk, mientras las tropas rusas se concentran en conquistar la vecina Lisichansk, tan importante como aquella porque se ubica a una altura que permite el control de las localidades aledañas. La incertidumbre se traslada en realidad a la situación de los civiles, ya que alrededor de 800 personas se habrían refugiado en la planta química Azot, según dijo el abogado estadounidense del magnate Dmytro Firtach, propietario del sitio.
Pero además, el Estado Mayor ucraniano denunció que en el sur de Bielorrusia, confinante con el norte del país, rusos y bielorrusos están acumulando 80.000 soldados de infantería reforzados por sistema misilísticos terra-aire S400, centenares de aviones y misiles balísticos Iskander. El dato sugiere una posible invasión desde el norte, similar a la que inició la ocupación de Ucrania el 24 de febrero, que no puede tener otro objetivo que Kiev, la capital del país, a una distancia corta de la frontera.
“Es una respuesta de (Vladimir) Putin (a la intervención de Occidente), que quiere involucrar a Bielorrusia en la guerra”, afirmó un alto jefe militar del Estado Mayor ucraniano. El presidente ruso ya había advertido de la posibilidad de “extender los objetivos” de la invasión en caso de que Occidente proporcione misiles de largo alcance a Ucrania, como está a punto de suceder (ver Confirman…). En medio de todo, la agencia de derechos humanos de la ONU alertó ayer que la guerra ya mató al menos a 4.253 civiles e hirió a otros 5.141, aunque las cifras reales serían considerablemente más altas.
Ejercicios de la OTAN en el Báltico
Las Fuerzas Aéreas de la OTAN y de sus aliados comenzaron ayer ejercicios militares en Polonia y en los países bálticos para hacer frente a la “situación de seguridad actual” en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania.
“Dada la situación de seguridad actual tras la invasión rusa de Ucrania, los ejercicios de entrenamiento a gran escala como este son, ahora, más importantes que nunca para la OTAN”, explicó el titular del Comando Aéreo Aliado, el general Jeff Harrigian. Los ejercicios Ramstein Alloy, los más importantes en la región, se llevarán a cabo hasta el viernes en Polonia, Lituania, Letonia y Estonia.
Confirman el envío de nuevos misiles
El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, confirmó que el Reino Unido enviará a Ucrania lanzacohetes múltiples M270 para enfrentar a la artillería rusa, un anuncio que eleva la tensión con Rusia.
Se trata de un sistema armamentístico “de vanguardia” que puede alcanzar objetivos hasta a 80 kilómetros (50 millas) “con extrema precisión”, aseguró Wallace.
“Si conseguimos 60 sistemas como este, los rusos perderán toda capacidad de avanzar, los detendremos en seco. Si conseguimos 40, avanzarán, aunque muy lento y con muchas bajas”, aseguró a su vez el asesor de la presidencia de Ucrania Alexei Arestovich.