Rusia lanzó ayer más de 30 drones teledirigidos cargados con explosivos en la capital ucraniana que mataron a cuatro personas, provocaron un incendio y afectaron el funcionamiento de la red eléctrica generando cortes masivos de luz
Ucrania, Estados Unidos y el Reino Unido afirman que los drones son los Shahed-136 de fabricación iraní, aunque Irán negó haber vendido aviones no tripulados a Rusia. Se trata de vehículos aéreos con forma de pequeñas aeronaves que vuelan sin tripulación, más baratos que los misiles, ligeros y de gran potencia.
Rusia no hizo comentarios al respecto y desde el Ministerio de Defensa informó que el Ejército usó ayer “armas de alta precisión y largo alcance lanzadas desde el aire o el mar”. El principal objetivo del ataque sobre Kiev fue la empresa estatal que opera la red eléctrica.
Las Fuerzas Aéreas ucranianas afirmaron que los drones partieron desde Bielorrusia, país cercano al Kremlin al cual llegaron el fin de semana cerca de 9.000 soldados rusos.
En consonancia, el Ministerio de Defensa bielorruso informó que arribarán unos 170 tanques, 200 vehículos blindados de combate y cien piezas de artillería y morteros desde Rusia a la frontera sur de Bielorrusia para fines “puramente defensivos” y realizar ejercicios.
Sobre la utilización de “drones suicidas”, Ucrania denunció que Rusia habría comprado 2.400 aeronaves a Irán. La Unión Europa aseveró que habrá sanciones contra Irán en caso de confirmar que sean de dicho país.
Realizarán una investigación, cuyo resultado estará en pocos días. Por otro lado, Moscú informó ayer que cerrarán los centros de reclutamiento. El viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que no prevé una nueva ronda de reclutamiento.
Finalmente, al menos cuatro personas murieron y 25 resultaron heridas después de que un avión militar ruso se estrellara ayer contra un edificio residencial en la ciudad de Yeisk, en el extremo sudoeste de Rusia. Según los pilotos que pudieron eyectarse a tiempo, uno de los motores se habría prendido fuego.