Rusia evitó ayer hacer declaraciones respecto de las informaciones estadounidenses sobre una cumbre entre su presidente, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, pero su Gobierno mencionó la posibilidad de organizar ejercicios militares conjuntos, lo que fue rechazado enfáticamente por la Casa Blanca.
“No, no podemos (confirmarlo), no tenemos nada que decir sobre este tema”, declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov. Poco después, Estados Unidos advirtió que Corea del Norte enfrentará consecuencias si proporciona armamento a Rusia para reforzar su invasión a Ucrania.
“Pagarán un precio por esto en la comunidad internacional”, dijo el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, al ser consultado en rueda de prensa por las “activas discusiones” entre Moscú y Pyongyang sobre entregas de armas.
Washington cree que el líder norcoreano, Kim Jong Un, tiene intención de visitar Rusia para tratar con su par Putin la venta de armas de Pyongyang a Moscú para su guerra en Ucrania. Empero, Sullivan reconoció que no estaba en condiciones de decir qué tipo de armas serían entregadas.
“Sigue siendo una cuestión abierta en cuanto a qué tipo y la calidad de equipo que podría ser entregado. Dice mucho de Rusia que tenga que recurrir a un país como Corea del Norte para reforzar sus capacidades de defensa”, agregó el funcionario.
En ese marco, Sullivan anticipó que el presidente Joe Biden aprovechará la cumbre de líderes del G20 que se celebrará en India a finales de esta semana para reafirmar su apoyo a Ucrania “durante el tiempo que haga falta”.
La semana pasada, Washington había informado que Rusia ya mantenía conversaciones secretas con Corea del Norte para adquirir municiones y suministros para la campaña militar de Moscú en Ucrania. El vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, recordó que a pesar de sus negativas, Corea del Norte había suministrado el año pasado cohetes de infantería y misiles a Rusia que fueron utilizados por el grupo paramilitar Wagner.