El avance ruso en la estratégica ciudad de Severodonetsk en el este de Ucrania es indetenible, al punto que sus fuerzas ya controlan “la mayor parte” de la localidad a días de entrar a sus calles, lo que supone un triunfo capital para la conquista de la región del Donbass.
“Por desgracia, hoy (martes) los soldados rusos controlan la mayor parte de la ciudad”, admitió ayer el gobernador de la provincia de Lugansk, donde se ubica la localidad, en la región industrial del Donbass. “Los combates tienen lugar en el centro”, indicó Sergii Gaidai, quien precisó que “no hay ninguna posibilidad de irse de Severodonetsk” y lamentó “una destrucción del 90%” de la ciudad. “La ciudad está siendo esencialmente destruida sin piedad cuadra a cuadra”, agregó el alcalde Oleksandr Striuk, quien dijo que “se están produciendo feroces combates callejeros”.
Los diarios occidentales informaron incluso que el Ejército ucraniano ya está en retirada en la ciudad –presumiblemente, hacia la ciudad vecina de Lysychansk-, jaqueado por el poderío invasor y la falta de recursos y de apoyo de su jerarquía. “Los rusos bombardean y disparan morteros las 24 horas del día. Es un no parar.
Cuando pones a tus hombres allí, después de dos minutos de combate, ya tenés un montón de heridos que tenés que evacuar. Los nuevos llegan y a los pocos minutos están muertos”, describió el sargento Roman Ilchenko, quien explicó que “los rusos tienen artillería, vehículos blindados y sus fuerzas son de cinco a seis veces más numerosas”. “No podemos luchar sólo con AK47. Los rusos nos aplastarán. Nos bombardean desde el aire, con morteros, no podemos defendernos sólo con Kalashnikovs o lanzacohetes de corto alcance”, justificó a su vez el soldado Andréi Shevchenko, quien admitió que “la ciudad ya está perdida”.
En ese contexto, un bombardeo ruso alcanzó ayer un tanque de ácido nítrico en una planta química de Severodonetsk –una de las más grandes de Ucrania-, con consecuencias potencialmente trágicas para la población: el gobierno local les prohibió a los habitantes salir de los refugios ante el riesgo de ingerir los humos tóxicos. El compuesto “es peligroso si se inhala” y puede provocar lesiones en los pulmones o pérdida de visión, manifestó Gaidai, quien incluso recomendó a los habitantes de la ciudad que “utilicen máscaras de protección”, aunque sean caseras.
Según dirigentes secesionistas prorrusos, el tanque “explotó” en una zona controlada por fuerzas ucranianas. “En la planta química de Azot, un tanque con productos químicos voló por los aires. En principio, se trata de ácido nítrico”, dijo Rodion Mironchik, dirigente de la autoproclamada “república” de Lugansk.
Si bien la gran mayoría de los habitantes de Severodonetsk –una ciudad de más de 100.000 personas- ya ha huído, aún quedan unos 15.000 civiles atrapados en los refugios y edificios de la periferia. La ciudad es uno de los varios núcleos urbanos importantes que se encuentran en el camino de Rusia para capturar toda la provincia de Lugansk, cuya captura es clave para lograr el objetivo que se propuso Vladimir Putin: conquistar la rica región del Donbass, el centro carbonífero e industrial más importante de Europa del Este.
Buscan el modo de exportar los cereales de Ucrania
A la vez que endurecen las sanciones, los principales países de Europa buscan la forma de que Rusia permita y ayude a la salida de cereales desde Ucrania para enfrentar la crisis alimentaria global resultante del conflicto.
Por un lado, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que le propuso a su par ruso, Vladimir Putin, votar una resolución en la ONU para levantar el bloqueo ruso del puerto de Odesa, el mayor de Ucrania, y poder así liberar la exportación de cereales ucranianos.
Sin embargo, más probable es la iniciativa de Turquía, que anunció una visita del canciller de Rusia la semana próxima para discutir formas de transportar cereales desde Ucrania, cuya salida ha quedado bloqueada por la guerra.