El devastador incendio que el miércoles consumió siete de las ocho torres del complejo residencial Wang Fuk Court, en Tai Po, dejó al menos 83 muertos y cientos de personas sin localizar, según confirmaron este jueves las autoridades. Aunque algunos focos seguían activos, los bomberos aseguraron que “no descartan encontrar más sobrevivientes”, pese a las condiciones extremas dentro de los edificios.
En medio de la tragedia, uno de los momentos más esperanzadores se produjo la mañana del jueves, cuando los equipos de emergencia lograron rescatar con vida a un hombre mayor atrapado en el hall del piso 31 de una de las torres.
Según el subdirector del Departamento de Bomberos, Wong Ka Wing, el hallazgo sorprendió incluso a los propios rescatistas, ya que las temperaturas seguían siendo muy altas y varias plantas permanecían inaccesibles por riesgo de derrumbe. El hombre fue trasladado de inmediato al hospital.
Los bomberos avanzan nivel por nivel, enfrentándose a espacios interiores muy reducidos, estructuras debilitadas y calor extremo. Las autoridades reconocen que hay plantas donde saben que aún hay personas pidiendo ayuda, pero a las que todavía no pudieron llegar.
Las primeras investigaciones apuntan a que el incendio se propagó con una velocidad inusual debido a los andamios de bambú y las mallas plásticas inflamables que cubrían los edificios en plena remodelación.
La policía detuvo a tres hombres sospechosos de haber dejado negligentemente envoltorios de espuma en la zona de obras, lo que podría haber contribuido a la magnitud del siniestro. Paralelamente, el organismo anticorrupción de Hong Kong abrió una investigación penal sobre el proceso de renovación del complejo.
El gobierno local, presionado por la magnitud de la catástrofe y la angustia de cientos de familias que siguen esperando noticias, anunció inspecciones a todos los complejos residenciales en proceso de renovación para evaluar la seguridad de los materiales y los andamios, así como posibles fallas estructurales.
Mientras avanza la búsqueda y las autoridades intentan reconstruir lo ocurrido, el gobernador John Lee afirmó que el gobierno “se mantiene unido con todos los ciudadanos de Hong Kong” y que se hará “todo lo posible” para esclarecer responsabilidades y reforzar la seguridad de los edificios.
