La Primera Sala del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil formó el viernes pasado una mayoría para rechazar un recurso de la defensa y mantener la condena del ex presidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por tentativa de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
El magistrado Alexandre de Moraes, relator del caso, sostuvo que “quedó debidamente comprobado el papel de liderazgo del ex presidente en el grupo criminal armado”.
“También se demostró la autoría delictiva del recurrente, habiendo ejercido el liderazgo de la organización criminal armada, cuyos partidarios invadieron las sedes de las instituciones democráticas, destruyendo el patrimonio del Estado brasileño y propagando una falsa narrativa de fraude electoral en 2022”, escribió en su voto.
Con cuatro votos a favor y uno en contra, la Primera Sala había condenado en septiembre pasado a Bolsonaro, tras considerarlo culpable de liderar una organización criminal que actuó para mantenerlo en el poder pese a su derrota electoral de octubre de 2022.
Los jueces Alexandre de Moraes, Flávio Dino y Cristiano Zanin votaron ahora por rechazar los recursos tanto de Bolsonaro como de los demás condenados, lo que ratifica todas las penas. Aún resta el voto de la ministra Cármen Lúcia, según informó Agencia Brasil.
El magistrado Luiz Fux no participará de esta votación, ya que fue transferido a la Segunda Sala del tribunal después de haber votado previamente por la absolución de Bolsonaro.
Además del ex presidente, el STF rechazó los recursos de sus principales colaboradores, entre ellos: Walter Braga Netto, ex ministro jefe de Gabinete; Almir Garnier, ex comandante de la Marina; Anderson Torres, ex ministro de Justicia; Augusto Heleno, ex jefe del Gabinete de Seguridad Institucional; Paulo Sérgio Nogueira, ex ministro de Defensa; y Alexandre Ramagem, ex director de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin).
El ex ayudante de órdenes Mauro Cid firmó un acuerdo de delación premiada y no recurrió su condena, que cumple en régimen abierto.
Los abogados de Bolsonaro alegaron “profundas injusticias” y “contradicciones” en el fallo, denunciando obstáculos para ejercer la defensa y solicitando una reducción de la pena.
Sin embargo, Moraes rechazó todos los argumentos y afirmó que “la sentencia fundamentó todas las etapas del cálculo de la pena”, en un documento de 141 páginas al que accedió la AFP.
El juez también reiteró el papel del ex mandatario como instigador de los actos del 8 de enero de 2023, cuando cientos de sus seguidores asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia. Además, descartó cualquier violación del derecho a la defensa y negó reducir la condena. El juez Flávio Dino votó luego en el mismo sentido.
Bolsonaro (2019-2022) cumple prisión domiciliaria preventiva, con prohibición de dar declaraciones públicas o usar redes sociales.
Si el fallo queda firme, la condena podría comenzar a ejecutarse de inmediato. La defensa podría pedir que cumpla la pena en su domicilio por razones de salud, como ocurrió con el ex mandatario Fernando Collor de Mello, beneficiado con prisión domiciliaria en mayo.
Bolsonaro sufre secuelas de la puñalada que recibió durante la campaña de 2018 y fue recientemente diagnosticado con cáncer de piel, aunque las lesiones ya fueron extirpadas.
Tras la condena, el bolsonarismo impulsó en el Congreso un proyecto de ley de amnistía que buscaba beneficiar al ex presidente y a los participantes del asalto del 8 de enero, pero la iniciativa perdió fuerza tras masivas protestas en todo Brasil.
El proceso judicial avanza mientras Brasil y Estados Unidos recomponen su relación bilateral, que se había tensionado precisamente por este caso.
