La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, fue blanco de fuertes cuestionamientos este martes durante una sesión de la Dieta, luego de mantener una actitud evasiva al ser interpelada sobre la posición del Gobierno respecto a Taiwán. Sus respuestas provocaron airadas reacciones de los bloques opositores y derivaron en un clima de alta tensión parlamentaria, con interrupciones y la suspensión temporal del debate.
Además el Gobierno de la parte continental de China cuestionó con dureza la decisión de las autoridades de Taiwán de prohibir el uso de la aplicación de redes sociales Rednote, desarrollada en el continente.
La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, fue duramente criticada en el Parlamento, ya que sus respuestas evasivas sobre Taiwán provocaron fuertes críticas de los partidos de la oposición y generaron disturbios en la sesión de la Dieta.
Según afirmó una portavoz oficial, la medida constituye un “caso típico de manipulación política con doble rasero” y no una acción genuina para combatir el fraude, como sostiene el Ejecutivo isleño.
Zhu Fenglian, vocera de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, aseguró en conferencia de prensa que los argumentos esgrimidos por el gobernante Partido Progresista Democrático encubren “motivos ocultos” cuyo objetivo final sería promover la independencia de la isla.
En ese marco, acusó a las autoridades taiwanesas de restringir los canales de intercambio a ambos lados del estrecho y de vulnerar el derecho a la información, especialmente entre los jóvenes.
De acuerdo con la portavoz, la prohibición de Rednote ya generó un fuerte rechazo social dentro de Taiwán, con especial impacto en las nuevas generaciones, que ven limitada su libertad para utilizar plataformas digitales populares.
Desde Pekín sostienen que este tipo de decisiones profundizan la desconfianza y el aislamiento, en lugar de favorecer el diálogo y el intercambio.
La controversia se da en un contexto de crecientes tensiones políticas y diplomáticas. En paralelo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán denunció recientemente la exclusión de la isla de la 93.ª Asamblea de INTERPOL, al considerar que se trata de una decisión de carácter político que afecta la cooperación internacional contra el crimen transnacional.
Desde Taipéi sostienen que solo el gobierno democrático de la isla puede representar a sus ciudadanos en organismos internacionales y reclaman una participación plena y sin condicionamientos.
Así, el cruce por la prohibición de aplicaciones digitales se suma a una disputa más amplia sobre el lugar de Taiwán en el escenario internacional, marcada por acusaciones cruzadas entre Pekín y Taipéi y por el debate sobre neutralidad y representación en los foros globales.
Por otro lado, el legislador del Partido Democrático Constitucional, Hajime Hirota, exigió precisiones sobre si Taiwán podría ser incluida dentro de la categoría de “otros países con vínculos estrechos con Japón” en el marco de la definición legal de una “situación que amenaza la supervivencia” del país.
Las respuestas encendieron los ánimos en el recinto. Legisladores opositores increparon a la jefa de Gobierno desde sus bancas y los medios locales informaron que la sesión debió ser suspendida durante varios minutos, mientras que la transmisión en vivo fue silenciada en al menos tres ocasiones para contener los disturbios.
El trasfondo del conflicto se remonta al 7 de noviembre, cuando Takaichi afirmó en la Dieta que un eventual “uso de la fuerza contra Taiwán” por parte de China continental podría constituir una una amenaza directa para la supervivencia de Japón. Aquellas declaraciones generaron un inmediato rechazo tanto dentro del país como en el plano internacional.
Desde entonces, la oposición ha reclamado explicaciones más claras y sustanciales sobre la política del Ejecutivo en relación con Taiwán. Sin embargo, pese a la reiteración de los cuestionamientos, la primera ministra volvió a insistir en que la postura del Gobierno no se ha modificado, sin ofrecer precisiones que logren disipar la controversia.
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