El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó al presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, a revisar sus posturas políticas hacia Caracas en medio de las crecientes tensiones bilaterales previas a su investidura, prevista para el 8 de noviembre.
El pasado 22 de octubre, Paz anunció que en su ceremonia de toma de posesión no serían invitadas autoridades de Venezuela, Cuba ni Nicaragua, alegando “diferencias en la concepción de la democracia” con esos gobiernos.
Como respuesta, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) decidió suspender a Bolivia del bloque, al considerar que Paz es “un dirigente afín al imperialismo”.
Durante una intervención en la televisión estatal, Maduro respaldó la decisión del ALBA-TCP, calificándola como “una medida preventiva de salud política y diplomática” frente a lo que describió como “una agresión descarada e injustificada” de Paz hacia Cuba, Nicaragua y Venezuela.
“Revísese, señor Paz, porque el que se mete con Venezuela, se seca”, advirtió el mandatario venezolano, aunque matizó que, pese a las diferencias, “los lazos entre Bolivia y Venezuela son indisolubles”.
“El pueblo boliviano es bravío, histórico, amante de la libertad, y sabrá elevarse ante cualquier circunstancia”, añadió.
En respuesta, Rodrigo Paz replicó el martes a través de sus redes sociales, afirmando que su gobierno se centrará en “trabajo, salud y educación”, y reivindicando la democracia y la libertad como pilares de su mandato.
“Lo único digno, señor Maduro, es que nuestro pueblo viva en paz, con trabajo, salud y educación. Vamos a construir un país sin odios ni persecución. Bolivia representa la democracia y la libertad. Usted, señor Maduro, representa todo lo contrario”, escribió Paz.
Más tarde, un comunicado oficial del equipo de transición mantuvo el tono crítico hacia Caracas: “Los pueblos amparan, las dictaduras exilian. Cuando era niño, recibí el amparo del pueblo venezolano ante la persecución de mi familia por las dictaduras. Estaré eternamente agradecido con el bravo pueblo de Venezuela”, señaló.
El presidente electo también restó importancia a la sanción del ALBA-TCP, marcando un cambio drástico en la política exterior respecto a los gobiernos de Luis Arce y Evo Morales: “¿Cómo funciona el ALBA? No tengo ni idea. No sé si ganamos algo con el ALBA. Me tiene sin cuidado lo que pueda decir el ALBA”, declaró.
Con estas declaraciones, Rodrigo Paz deja entrever un giro diplomático profundo en Bolivia tras dos décadas de alineamiento con el eje bolivariano, apostando por una política exterior centrada en la democracia, la pluralidad y el diálogo, y por un discurso que busca distanciar al país de los regímenes autoritarios de la región.
