Tras una ajustada segunda vuelta, Lula vuelve al gobierno en Brasil

En una histórica elección, Lula vuelve al gobierno para cumplir su tercer mandato como presidente de Brasil. Bolsonaro se llamó al silencio

Tras una ajustada segunda vuelta, Lula vuelve al gobierno en Brasil

El flamante mandatario se mostró calmo y brindó un discurso de agradecimiento en el cual afirmó que “es preciso reconstruir el alma de este país”.

Luiz Inácio Lula da Silva es el nuevo presidente de Brasil, tras ganar las elecciones en segunda vuelta contra Jair Bolsonaro. Con la totalidad de las mesas escrutadas, Lula se impuso con el 50,90% de los votos frente al 49,10% del mandatario saliente.

Con una población superior a los 217 millones de personas, cerca de 150 millones estuvieron habilitadas para votar mediante las urnas electrónicas de las cuales se presentaron aproximadamente 120 millones. El horario para concurrir fue desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Más del 20% del electorado se abstuvo de hacerlo en la primera vuelta y gran parte del esfuerzo final tanto de Lula como de Bolsonaro estuvo destinado a potenciar la concurrencia a las urnas.

“Esta elección no define solo un modelo de país, sino que define un modelo de vida para los brasileños”, sostuvo Lula después de votar cerca de San Pablo, en la misma escuela donde se votó a sí mismo por primera vez para presidente en 1989.

Luego de conocerse los primeros resultados, las calles se llenaron de miles de partidarios con vestimentas y banderas rojas, color del Partido de los Trabajadores (PT) que lidera Lula. Luego, el flamante nuevo mandatario brindó un discurso en el cual primó el tono calmo y conciliador, a diferencia de la elevada tensión que se vivió durante el período de campaña electoral en el cual los dos candidatos tuvieron fuertes cruces con graves acusaciones.

Tras agradecer a sus compañeros de campaña, a Dios y al pueblo, Lula focalizó en su principal objetivo de gestión: acabar con el hambre y la pobreza extrema en Brasil. “Nuestro compromiso más urgente es acabar con el hambre, una vez más. No podemos aceptar como normal que millones no tengan qué comer”, dijo. “Somos el tercer mayor productor de alimentos y el primero en proteína animal. Si somos capaces de exportar para todo el mundo tenemos que garantizar que todos los brasileños puedan comer todos los días”, agregó.

El discurso duró poco menos de media hora, en la cual Lula volcó su agradecimiento al pueblo brasileño en su totalidad dejando de lado las divisiones instauradas durante la campaña. “Mi objetivo es mejorar la vida de todos y no perpetuar las desigualdades”, enfatizó el nuevo jefe de Estado”. “El pueblo brasileño quiere empleo y un salario justo, políticas públicas igualitarias, libertad religiosa, libros y teatros, acceso a la cultura”, expresó. Sobre el proceso electoral y la democracia, afirmó: “Así es nuestra democracia, no solo como una palabra bonita sino como algo palpable que sentimos en la piel y que podemos construir día a día.

En la previa a los festejos, se vivió un clima de tensión en la cual tuvo que intervenir la Corte Suprema a raíz de la decisión del saliente mandatario Bolsonaro, quien avaló un control masivo de tráfico en las zonas con mayor presencia de votantes petistas. El operativo fue llevado a cabo por la Policía Caminera que instaló más de 540 operativos en las rutas para retener vehículos. Por esa razón, el Tribunal Superior Electoral (TSE) ordenó el cese de las operaciones entre las 15.30 y las 17, es decir, hasta el fin de la votación.

“Determinamos que todas las operaciones cesarán inclusive para que los electores no lleguen tarde al plazo de votación”, dijo el presidente del TSE, Alexandre de Moraes. Los bloqueos fueron 70% más que en la primera vuelta electoral, según un informe de la Corte.

Líderes del mundo saludaron al nuevo presidente de Brasil

El flamante presidente electo brasileño recibió las felicitaciones de mandatarios y líderes de la región latinoamericana, como también saludos por parte de pares del mundo.

En América del Norte, Lula recibió saludos desde Washington donde calificaron a las elecciones como “libres, justas y creíbles”, desde Canadá para “trabajar por el cuidado del ambiente” y de México por la “igualdad y el humanismo”.

Desde el Sur, en sintonía con la ideología del líder progresista hubo manifestaciones de alegría por parte de los presidentes de Argentina, Chile, Cuba, Bolivia y Colombia. “Felicidades, hermano Lula. Tu victoria fortalece la democracia y la integración latinoamericana”, escribió el presidente de Bolivia, Luis Arce.

El mandatario argentino, Alberto Fernández, celebró la victoria y se mostró dispuesto a trabajar para “soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos’’. Desde Uruguay, Luis Lacalle Pou, lo exhortó a “trabajar para un Mercosur moderno y abierto al mundo”.

Desde Europa, el español Pedro Sánchez pidió a Lula trabajar “juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático”. Asimismo, el mandatario francés, Emmanuel Macron, compartió: “Todas mis felicitaciones, querido Lula, por tu elección que abre una nueva página en la historia de Brasil”.

Silencioso reconocimiento del bolsonarismo sobre la derrota

Tras el anuncio oficial del resultado de la votación, no hubo palabras ni reunión por parte de los miembros del Partido Liberal (PL) ni de su líder, Jair Bolsonaro. Hasta el cierre de esta edición, Bolsonaro no pronunció ningún discurso ni en espacios públicos como tampoco en redes sociales.

A su vez, según la prensa el candidato derrotado pasó la jornada en el Palácio da Alvorada con su hijo Flavio y solo recibió a su vice, el general Walter Braga Netto. Bolsonaro es el primer presidente en la historia de Brasil en perder la reelección. El 31 de diciembre concluye su mandato y marcará su salida del cargo, pero no de la política ya que el PL mediante alianzas mantiene la mayoría en el Parlamento.

Por otra parte, ayer el bolsonarismo ganó en San Pablo la gobernación con el ex ministro Tarcisio de Freitas, del Partido Republicanos, que derrotó a Fernando Haddad del PT, por 55,3% a 44,7%. Así, San Pablo ratificó su vocación conservadora pese a que Lula apostó en dar batalla en el principal distrito electoral del país, venciendo en la ciudad capital y en la región metropolitana.

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