El ex presidente estadounidense Donald Trump se negó a responder preguntas ayer durante un interrogatorio al que fue citado por la fiscal general de Nueva York, en el marco de una investigación civil sobre supuesto fraude en sus negocios, tras el allanamiento del FBI de su vivienda de Florida horas antes en otra investigación por retener documentos clasificados del Estado.
“Me negué a responder las preguntas en virtud de los derechos y prerrogativas otorgados a todos los ciudadanos por la Constitución de Estados Unidos”, dijo Trump en un comunicado, en el que indicó que “cuando tu familia, tu empresa y todas las personas en tu entorno se han convertido en el objetivo de una caza de brujas infundada y políticamente motivada apoyada por abogados, fiscales y medios de comunicación falsos, no se tiene otra opción”.
El ex mandatario republicano convirtió, de hecho, el allanamiento del FBI en una oportunidad para lanzar su candidatura presidencial para 2024, al presentarse como una víctima de las fuerzas institucionales que intentan destruirlo.
Horas después de denunciar que la redada del FBI en su casa de Florida era una “persecución política”, ayer publicó un video de campaña donde afirma que “no hay montaña que no podamos escalar, no hay cumbre que no podamos alcanzar, no hay desafío que no podamos afrontar”, además de ofrecer una extensa crítica al Gobierno del presidente Joe Biden.
El relato volvió a hacer que los republicanos se unan en torno a Trump en un momento en el que su ascendencia en el partido parecía perder fuerza. El allanamiento es característico de una “república bananera”, consideró por ejemplo el gobernador de Florida, Ron DeSantis -que se perfila como candidato del partido-, mientras un grupo de legisladores republicanos consideró que “esto es lo que sucede en los países del tercer mundo. No en Estados Unidos. Si pueden hacerlo a un ex presidente, imagínate lo que pueden hacerte a ti”.