El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó ayer a su ejército “expulsar” a las tropas ucranianas que, según funcionarios de Ucrania, dominan unos 1000 kilómetros cuadrados del territorio de la Federación de Rusia en una incursión sorpresa del ejército de Kiev que provocó la evacuación masiva de más de 100.000 civiles.
Putin arremetió contra Occidente por la incursión de Ucrania en territorio ruso, en una tensa reunión televisada con sus principales funcionarios ayer, una señal de cómo el ataque sorpresa ha inquietado al Kremlin.
La incursión ucraniana tiene dos objetivos principales: sacar a las fuerzas rusas del frente en el este de Ucrania y apoderarse de territorio que podría servir como moneda de cambio en futuras negociaciones de paz.
Putin, en tanto, advirtió que el ataque no suavizará su posición negociadora. E incluso mientras Moscú se apresuraba a responder a la incursión en la región de Kursk, las fuerzas rusas continuaron atacando a las fuerzas ucranianas en el este.