El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reprochó a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, por haber dicho que Ucrania y Rusia no quieren negociar el fin de la guerra, aun cuando Kiev y Moscú ratificaron ayer exigencias para dialogar que ya se han rechazado mutuamente.
«El presidente Lula tiene experiencia, pero no le entiendo muy bien (…) Las declaraciones de Lula no traen paz alguna», dijo Zelenski en Kiev durante una entrevista colectiva con varios medios latinoamericanos.
En ese sentido, expresó que a pesar de que cree que Lula «tiene su propia opinión» acerca del conflicto, al mismo tiempo parece ser el único líder internacional que asume las hipótesis del presidente ruso, Vladimir Putin, de que Rusia invadió Ucrania por su seguridad.
«Solo Putin y Lula hablan sobre la seguridad de Rusia, sobre las garantías de seguridad que se tienen que dar a Rusia», dijo Zelenski, que sostiene que el ataque ruso fue injustificado.
El presidente de Ucrania se preguntó por qué «un país pacífico» como Brasil puede estar de acuerdo con la narrativa del presidente ruso, que no difiere, según dijo, de cualquier «colonizador». «Ni Putin ni Zelenski están preparados para la paz», dijo Lula la semana pasada y otros medios extranjeros durante un encuentro en Brasilia.
Para Zelenski, su par de Brasil está «mal informado» y manipulado por la narrativa de Putin y por la agencia de noticias rusa Sputnik, censurada en Europa luego de que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania con la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022.
Putin «miente, manipula, desinforma constantemente. Está matando a nuestros niños y violando a nuestras mujeres. Sinceramente, si el presidente Lula me quiere decir algo, que se siente y que me lo diga y creo que acabamos con todo esto», dijo. «Honestamente, creía que él tenía una comprensión más amplia del mundo», reprochó Zelenski siempre en referencia al líder brasileño.
El jefe del Estado ucraniano manifestó que confía en poder reunir al mayor número de naciones latinoamericanas en la próxima cumbre global en la que tiene previsto presentar su plan de paz, que incluye la exigencia de que Rusia devuelva a Ucrania todos sus territorios. Rusia ya dijo que no lo hará, y ayer insistió en que Ucrania debe reconocer las nuevas «realidades territoriales».
Brasil es uno de los países, junto a China y una coalición de Estados africanos, que ha presentado una alternativa de paz a Kiev y Moscú. Hasta ahora, todas las iniciativas han sido rechazadas por Ucrania porque no cumplen con sus condiciones para negociar, entre ellas que Rusia devuelva la sureña península de Crimea, que se anexó en 2014, y territorios que conquistó el año pasado en cinco provincias de Ucrania.
En la entrevista, Zelenski pidió a Latinoamérica serle útil y brindar a Ucrania ayuda no militar sino humanitaria y respaldar su Fórmula de Paz, debatida por más de 40 delegaciones en una reunión que terminó el domingo en Arabia Saudita, a la que Rusia no fue invitada.
A la cita de dos días en la ciudad de Yeda acudieron potencias emergentes cercanas a Moscú, como China, India y Sudáfrica, pero el encuentro concluyó tras varias horas de discusiones a puerta cerrada sin ninguna declaración final, informó la agencia de noticias AFP.
Según dijo Zelenski a los medios latinoamericanos en Kiev, la delegación ucraniana en Yeda buscó impulsar su «plan de paz» de 10 puntos, el cual no se aparta de las exigencias iniciales de que Ucrania recupere todas las zonas ocupadas por Rusia.
Brasil estuvo representado en la reunión en Yeda por Celso Amorim, asesor de asuntos internacionales del presidente Lula, quien subrayó que «cualquier negociación real» debía «incluir a todas las partes».
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo ayer que el encuentro en Yeda, al que el país envió dos funcionarios, fue «productivo» y destacó la participación de China.
En Rusia, en tanto, el Gobierno reiteró sus exigencias de conservar Crimea y otros territorios conquistados a Ucrania, y denunció que Rusia no haya sido invitada a la reunión en Yeda y una reciente ola de ataques atribuidos a Ucrania en la península del mar Negro y en territorio ruso.
La vocera de la Cancillería rusa, Maria Zajarova, dijo en un comunicado que el encuentro en Arabia Saudita, sin Rusia, «no tuvo ni el menor valor agregado». La portavoz agregó que «un acuerdo verdaderamente global, duradero y justo» que ponga fin a la guerra «sólo es posible si el régimen de Kiev pone fin a las hostilidades y los atentados terroristas».
El comunicado dejó en claro que la posición de Moscú no se ha modificado, ya que sostuvo que «las nuevas realidades territoriales» en el este y el sur de Ucrania debían ser «reconocidas» y «la desmilitarización y desnazificación de Ucrania», garantizadas.
Rusia, que dice que el Gobierno ucraniano de Zelenski está integrado por «nazis», insiste en la necesidad de lograr todos los objetivos de su «operación especial» y considera que por el momento solo es posible hacerlo por medios militares.
Rusia invadió Ucrania con el objetivo, según Putin, de «desnazificar y desmilitarizar» a Ucrania y proteger a la población rusoparlante de Ucrania, de gran presencia en las zonas ucranianas conquistadas por Moscú, de «un genocidio por parte del régimen de Kiev».
Además de Brasil y Arabia Saudita -un reino cercano tanto a Moscú como a Washington-, Turquía, un país de la OTAN, también ha hecho esfuerzos de pacificación ante los dos países en conflicto. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, volverá a ofrecerse ante Putin como intermediario para lograr el cese de hostilidades en Ucrania, informó Sputnik citando a una fuente de la Presidencia turca.
En agosto, los dos líderes sostuvieron una conversación telefónica y quedaron en reunirse para debatir el futuro de un acuerdo mediado por Turquía que permitía a Ucrania exportar sus cereales por el mar Negro pese a la guerra con Rusia, que se retiró del pacto el mes pasado. La última ronda de conversaciones de paz ruso-ucranianas tuvo lugar a finales de marzo de 2022 en Estambul, Turquía. Desde entonces, las partes no han retomado las consultas.
En Ucrania, en tanto, al menos cinco personas murieron ayer y 31 resultaron heridas en un bombardeo ruso de un edificio civil en la ciudad ucraniana de Pokrovsk, en la provincia oriental de Donetsk, informó el Ministerio del Interior ucraniano.
Además, los servicios de seguridad ucranianos (SBU) aseguraron que detuvieron a una mujer acusada de haber trabajado a las órdenes de Rusia para preparar un ataque contra el presidente Zelenski en una visita al sur de Ucrania.
En Rusia, la defensa antiaérea derribó un dron ucraniano en la región de Kaluga, menos de 200 kilómetros al suroeste de Moscú, anunció el gobernador de la región, Vladislav Chapsha.
En las últimas semanas, Ucrania intensificó los ataques con drones en territorio ruso, apuntando en particular contra Moscú y la península anexada de Crimea, según denuncias de Rusia que Ucrania nunca admitió.
En los frentes de combates en el este y sur de Ucrania, tropas ucranianas lanzaron en junio una contraofensiva con material militar y apoyo financiero de las potencias occidentales, pero la campaña sólo logró recuperar un puñado de pueblos conquistados por Rusia.