Las lluvias torrenciales como consecuencia del fenómeno denominado “DANA” o “gota fría” en las provincias de Valencia y Albacete provocaron una de las peores tragedias de las últimas décadas en España. El balance de víctimas de las inundaciones ayer es de por lo menos 95 muertos, pero todavía se cuentan decenas de desaparecidos en pueblos donde los servicios de emergencias apenas han podido acceder, según informó la Generalitat Valenciana.
Su presidente, el popular Carlos Mazón, se limitó a hablar de “múltiples víctimas”, sin querer precisar todavía una cifra exacta. Los daños materiales son también, hasta el momento, incalculables. A tenor de la catástrofe, el Congreso de los Diputados decidió suspender la sesión de control al gobierno que estaba prevista para ayer. El presidente, Pedro Sánchez, presidió desde en el Palacio de la Moncloa un comité de crisis, al que asistieron diversos ministros, para hacer un seguimiento de los efectos de la “gota fría”.
“Pido a los ciudadanos que no bajemos la guardia, la DANA continúa”, dijo Sánchez, en un mensaje a la ciudadanía. “Pondremos todos los medios necesarios para recuperarnos de esta tragedia. No os dejaremos solos”, agregó.
El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, anunció tres días de luto y que el gobierno declarará la zona como “altamente afectada” por la DANA y prometió que llegarán tanto ayudas estatales como de los fondos europeos. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que “Europa está lista para ayudar”.
Al cierre de esta edición, estaban cortadas unas 60 carreteras y autovías en las zonas afectadas, así como las conexiones ferroviarias, y se tuvieron que desviar unos 50 vuelos entre los aeropuertos de Madrid y Valencia. Además, unos 150.000 hogares se hallan sin electricidad, y en varios municipios se cortó el suministro de agua corriente.
La “gota fría”, también llamada “DANA” (“depresión aislada en niveles altos”), ocurre cuando una “masa de aire muy frío que desciende de las capas altas de la atmósfera causa gran inestabilidad e intensas precipitaciones”. En los pueblos alrededor de la ciudad de Valencia se recogieron unas cifras de lluvia récord, como en Chiva, donde cayeron en ocho horas cerca de 500 litros por metro cuadrado, es decir, una cifra equivalente a un año entero de precipitaciones en la región.