El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (Inac) anunció la revocación de los permisos de operación en el país a seis aerolíneas internacionales, después de que estas suspendieran sus rutas tras una alerta de seguridad emitida por Estados Unidos sobre el aumento de la actividad militar en la región.
Las compañías afectadas son Iberia, TAP, Avianca, la filial colombiana de Latam, la brasileña GOL y la turca Turkish Airlines.
El Inac acusó a las empresas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovidas por Estados Unidos” al suspender de forma unilateral sus operaciones.
El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, defendió el derecho “soberano” de Venezuela a decidir qué aerolíneas operan en el país y criticó la advertencia de Washington: “Quédense con sus aviones y nosotros nos quedamos con nuestra dignidad”.
La revocación de los permisos se formalizó después de que el Ministerio de Transporte venezolano diera a las aerolíneas un plazo hasta el mediodía del miércoles para reanudar los vuelos. Todas mantuvieron la suspensión.
La semana pasada, Estados Unidos instó a las aeronaves que sobrevuelan Venezuela a “extremar la precaución” debido al deterioro de la seguridad y al incremento de la actividad militar. Según Washington, este despliegue tiene como objetivo combatir el narcotráfico, mientras que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sostiene que busca derrocarlo.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, denunció que Estados Unidos “dispone sus armas para la guerra”, señalando la presencia de bombarderos, destructores y aviones de combate cerca de las costas. En días recientes, Estados Unidos informó del hundimiento de varias lanchas rápidas supuestamente cargadas con drogas, un operativo que dejó al menos 80 muertos y que llevó a la ONU a advertir que podría tratarse de posibles “ejecuciones extrajudiciales”.
La medida venezolana fue calificada de “desproporcionada” por el ministro de Asuntos Exteriores portugués, Paulo Rangel, quien insistió en que Portugal no pretende cancelar sus rutas y que la suspensión fue meramente por razones de seguridad. Lisboa trabaja con su embajada en Caracas para revertir la decisión.
Desde España, una fuente de Iberia expresó el deseo de la aerolínea de “retomar los vuelos lo antes posible”, aunque subrayó que no puede operar en zonas de alto riesgo, siguiendo recomendaciones de la autoridad española (Aesa).
La suspensión ha afectado ya a más de 8.000 pasajeros en al menos 40 vuelos, según la Asociación Nacional de Agencias de Viaje y Turismo (Avavit). El aeropuerto internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, operó prácticamente vacío el lunes.
Pese al conflicto diplomático, Cabello destacó que siguen llegando vuelos con migrantes deportados desde Estados Unidos, como el avión estadounidense que arribó el miércoles con 175 deportados, evidencia —según Caracas— de que la cooperación bilateral continúa en áreas específicas.
