El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió hoy a los aliados «acelerar» su apoyo militar tras casi un año de invasión rusa que «no se detendrá en Ucrania», al abrir una conferencia de seguridad en Múnich, Alemania, que convoca a líderes, políticos y expertos de unos 100 países y a la que Rusia no fue invitada por primera vez en dos décadas.
«Necesitamos acelerar. Velocidad para concluir nuestros acuerdos, velocidad de entregas para reforzar nuestra lucha, velocidad de decisiones para limitar el potencial ruso. No hay alternativa a la velocidad, porque de ella depende la vida», dijo el mandatario por videoconferencia.
Luego advirtió que mientras Occidente discute el suministro de tanques a Ucrania, el Kremlin ya está pensando en formas de «estrangular» a Moldavia, y no descartó que Bielorrusia se uniera a la invasión de su país del lado de Rusia.
Más tarde, el canciller alemán, Olaf Scholz, pidió a los países aliados de Kiev que dispongan de tanques de combate «enviarlos ahora» a Ucrania.
«Aquellos que puedan enviar estos tanques de combate deberían hacerlo realmente ahora», dijo el canciller en la Conferencia.
El dirigente alemán, a menudo criticado por no haber apoyado en principio suficientemente a Ucrania, prometió llevar a cabo una «campaña intensiva» para que los aliados avancen en torno a esta cuestión, durante los tres días del encuentro sobre seguridad.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, urgió a los aliados occidentales a aumentar su apoyo a Ucrania.
«Tenemos que intensificar nuestro apoyo y nuestros esfuerzos para ayudar (a Ucrania) y permitir una contraofensiva», dijo en la Conferencia de Seguridad.
El mandatario francés también pronosticó que el conflicto iba a ser largo. «Estamos preparados para un conflicto prolongado», declaró.
Zelenski viene insistiendo en foros internacionales y reuniones bilaterales en la necesidad de que Occidente aumente la ayuda militar para enfrentar la invasión rusa iniciada el pasado 24 de febrero, a pesar de las amenazas del Kremlin de que la ayuda trae aparejado el riesgo de que la guerra escale hasta niveles impredecibles.
Unos 40 jefes de Estado y de Gobierno y 75 ministros de Exteriores y Defensa participan desde hoy en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania, uno de los principales foros internacionales del año en política exterior y de seguridad, en su primera edición tras el estallido de la guerra en Ucrania, tema dominante de su agenda, en particular el protocolo actual de ayuda militar a Kiev.
Con la ausencia de Irán y de Rusia, este último sin representación en el evento por vez primera en 20 años, el foro contará con la presencia del presidente de Francia, Emmanuel Macron, el primer ministro británico, Rishi Sunak, los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y Charles Michel, el máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
Estados Unidos estará representado por partida doble en la figura de la vicepresidenta, Kamala Harris y de su secretario de Estado, Antony Blinken.
China acudirá a la cumbre, a pesar de las recientes fricciones por la crisis de los supuestos globos espía, en la figura de su ministro de Exteriores, Wang Yi, y no se descarta una reunión con su homólogo norteamericano después de que el viaje de este último al gigante asiático quedara suspendido por este episodio de tensión.
Los países europeos, sobre todo Alemania y Francia, esperan además utilizar la actividad para convencer a China, aliada de Moscú, de que presione al presidente Vladimir Putin para poner fin a la guerra.
La ausencia de Rusia fue decidida finalmente por el nuevo presidente del evento, Christoph Heusgen, exasesor de Exteriores de la excanciller de Alemania Angela Merkel.
Heusgen confirmó que Moscú no recibió invitación para que el foro no se convirtiera en un «espacio para la propaganda del Kremlin», según declaró al portal ucraniano Ukrinform.
El ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, dijo a su llegada a la sede del evento, el hotel Bayerischer Hof del centro de Múnich, que la conferencia «siempre se ha concebido como un lugar de entendimiento y diálogo» y que «lo nuevo es que todo esto está teniendo lugar mientras la guerra sigue adelante en suelo europeo».
La cumbre incluye en su agenda otras cuestiones más allá de la guerra, como las relaciones entre Estados Unidos y China, y la situación en el hemisferio sur del planeta, caracterizada en parte por las recientes crisis políticas en parte de África y países latinoamericanos como Perú.