Las “especiales relaciones” de los italianos con los chinos

Las “especiales relaciones” de los italianos con los chinos

La relación entre Italia y China tiene antecedentes de gran trayectoria, que se remontan a varios siglos, desde las grandes dinastías del gigante oriental, por un lado, y los famosos reinos en los que Italia se encontraba dividida previo a su unificación. La publicación de la clásica obra Il Milione”, en el siglo XIV, por el viajero y mercader veneciano Marco Polo, atrajo la atención europea de aquella civilización oriental tan enigmática ante los ojos del Viejo Continente por aquel entonces. Aunque no haya estado exento de polémicas, como el cuestionamiento de la veracidad de los viajes (dada omisiones importantes que efectúa y repeticiones textuales constantes que se observan en la obra), y hasta la propia existencia de Marco Polo, nadie duda que estas crónicas marcaron uno de los primos hitos en las relaciones sino-occidentales.

Un segundo paso lo constituye el movimiento de los misioneros jesuitas desde el siglo XVI. El más destacado por su expedición a China fue Mateo Ricci, jesuita de Macerata (de la actual región italiana de Marche). En su obra Costumbres y religiones de China” describe las principales características de la cultura y sociedad chinas, en base a sus observaciones de viaje.

Posteriormente, con la unificación territorial en lo que sería el Reino de Italia, la relación entraría en una nueva fase. En 1900 se produce la Rebelión de los Boxers”, una insurrección local al norte de China, dirigida a cristianos y extranjeros, producto de los tratados internacionales desiguales impuestos y de la creciente influencia externa. Esta sublevación fue derrotada por la denominada Alianza de las Ocho Naciones”, de la cual Italia formaba parte. Como resultado se firma el Protocolo Final, que además de poner fin al conflicto y agregar una indemnización, establece la concesión de una parte de Tianjin (norte de China) a Italia, constituyendo así el único caso de colonialismo italiano en Asia.

La Italia fascista y la China nacionalista profundizarían aun más los vínculos a través de visitas de representantes políticos, la firma de acuerdos, el pedido de Mussolini por la unificación china, y la tensión por la invasión italiana de Etiopia en 1935. Luego de las dos guerras mundiales, China ingresó a la ONU en 1971, dio entrada a la normalización de las relaciones entre los países europeos con su contraparte china.

HOY DÍA CÓRDOBA dialogó con Annalisa Mariani, maestranda en China y Globalización en el King’s College de Londres, analista y miembro de IARI – Istituto Analisi Relazioni Internazionali, sobre esta vinculación especial:

– ¿Cómo describirías las relaciones entre el gobierno de Italia y China hoy?

– Las relaciones entre ambos se caracterizan por un enfoque explorativo, donde Italia busca beneficiarse de las posibilidades económicas que China ofrece, mientras que Beijing espera intensificar su presencia en el sur europeo. Los dos países, además, buscan la necesidad de una región de África del Norte – África Occidental estable, tanto para la provisión de energía (Beijing) como en términos de seguridad internacional (Italia).

– Italia y China han firmado un memorándum de entendimiento en el marco de la Nueva Ruta de la Seda”. En este sentido, ¿cuál es el significado real para Italia? Además, fue el primer país en adherir a esta Iniciativa, en tu opinión ¿a qué se debe?

– En marzo de 2019, bajo el gobierno del Movimiento 5 Estrellas y el partido Lega, Italia finalmente firmó un memorándum con Beijing. La razón que empujo a Italia a unirse a esta Iniciativa de la Franja y la Ruta” (BRI) es la proyección de una interacción económica más dinámica, dado el volumen de inversiones que China mantiene con los países del BRI. En mi opinión, una razón más profunda del acuerdo es una amplia insatisfacción con la Unión Europea (UE), la cual ha fallado en establecer una política coherente con China, dejando a sus miembros la única opción de perseguir una política independiente. Sin embargo, la movida” fue criticada por grupos pro-europeos, quienes consideraron el Memorandum como una traición a la integridad de la UE. Específicamente, hay un miedo creciente a que los países del Sudeste europeo que han firmado el Memorandum (Italia, Portugal y Grecia) sean una puerta de oro” para el ingreso de Beijing a la UE.

– En términos de competencia con otros países europeos, ¿hay alguna ventaja que Italia tenga al momento de comerciar con China? ¿El famoso Made in Italy” tiene algún rol aquí?

– Italia es el cuarto exportador más grande de la UE a China, y el tercer importador más grande, con una balanza comercial negativa de aproximadamente 18 millones de euros en 2019, el segundo más grande entre los 27 países de la UE. Mientras las exportaciones a China han crecido en la última década, estas son conducidas por el norte y centro de Italia, lo que significa que el sur no gana esencialmente ningún beneficio de este comercio. Químicos, textiles, productos electrónicos y de mecánica (con un alto grado de especialización industrial) están en ascenso señalando una diversificación del tradicional Made in Italy”.

Este cambio es positivo dado que implica una visión a largo plazo que no está relacionada exclusivamente con los tradicionales bienes de lujo, indumentaria, comida y bebidas de alta calidad. Sin embargo, la falta de disposiciones institucionales adecuadas lleva a que los acuerdos comerciales con Beijing sean conducidos sobre una base individual, decayendo así el poder de negociación del partido italiano. Si el gobierno fuese capaz de formular una política coherente, detallada y abarcativa sobre China, nuestras empresas nacionales se moverían en un ambiente más regulado y protegido, beneficiándose ambas partes.

Si Italia quiere maximizar su compromiso con China, necesita primero establecerse a sí mismo como un socio con una estrategia institucional coherente, lo cual parece difícil por el triángulo UE – EEUU – China, y por los cambios frecuentes del Parlamento en Roma.

Licenciado en Relaciones Internacionales.

Salir de la versión móvil