Como las economías de los bárbaros y de las dictaduras no recuperan nada, tengo el agrado de comunicarme con vosotros a los fines de compartirle algunas precisiones que, en Argentina, a todos nos atañen y conciernen, especialmente desde el campo de la economía solidaria civil argentina, porque, sabrán ustedes, que toda economía es social, pero no toda es solidaria y, tampoco, no toda es civil.
Al menos, en Argentina, en nombre de una economía social sendas dictaduras han cometido horrendos crímenes institucionales, sociales, jurídicos, laborales, y estafas a la buena fe, esa que por derecho propio se merece todo auténtico cooperativismo, en tanto pura economía solidaria civil, sin mácula semejante.
En Argentina, movimientos supuestamente cooperativos, tanto urbanos como rurales, entregaron a la dictadura, cínica, canalla y traicioneramente, nada menos, la legislación cooperativa, la misma que hoy atónitamente impera mediante el bando militar 20.337, del año 1973.
En Argentina, la burocracia y el corporativismo, sin miramientos, provocaron con ad-lateres de las dictaduras, las bancarrotas de los íconos y emblemas cooperativos argentinos, tanto urbanos (Hogar Obrero) como rurales (Sancor) entre otros tantos.
En nombre de supuestas cooperativas y mutuales, la usurocracia cooperativa y mutual es más que probadamente espantosa y la procrastinación de la noble y cabal educación cooperativa democrática, es absolutamente provocada y funcional a los espurios intereses de simulacros de cooperativas, que han estafado y defraudado el desarrollo humano cuando confió en las mismas; tanto con fraudes laborales, viviendas familiares económicas, ahorros y más, mucho más.
Las dictaduras también prohíben el derecho de libre asociación fomentando y sosteniendo burocracias y corporaciones funcionalmente afines, ello mediante la figura de innecesarios y corruptos delegados, que mediatizan la directa participación personal responsable, despojando una y otra vez legítimas expectativas populares sobre un genuino cooperativismo o economía solidaria civil, persiguiendo y exterminando cajas de ahorro y crédito genuinamente cooperativas en todo el país. Claro, de la mano de otra dictadura, que impuso otro bando militar atónitamente aún vigente, como el 21.526 del año 1977, y sostenidos por pseudo demócratas u hombres del campo nacional y popular progresista (?) que presiden entidades, organismos de control, u ocuparon las comisiones de asuntos legislativos pertinentes, para revertir democráticamente toda la normativa militar en nuestra querida materia cooperativa, autónoma e independiente no sólo jurídicamente.
Como ven, y sin dificultad ninguna, no se trata de nada semántico sino de una cruel colonización del cooperativismo argentino por la dictadura, que inaudita y repulsivamente, aún rige entre nosotros.
Nosotros comprendimos hace largos lustros que la economía solidaria civil es parte de la responsabilidad social y académica universitaria, precisamente fundando la primera cátedra sobre la misma logrando todos los reconocimientos democráticos, tanto del CIN como de la Coneau, así, entonces, ¿cómo no defender nuestros únicos principios y valores cooperativos, sin envalentonar a sus verdugos?