El mundo está loco

Por Eduardo Ingaramo, especial para HDC.

El mundo está loco

Aún sin estar muy informado, la frase del título parece obvia. Sin embargo hay informaciones poco difundidas que agravan la situación en todos los ámbitos, especialmente en gran parte del mundo. Por supuesto, que lo que pasa en nuestro país no es la excepción, pero el alcance de nuestras locuras, no tienen la trascendencia global de aquellos.

Donald Trump y Elon Musk parecen ser una dupla temible. Lo que pocos se atrevían a afirmar hace pocos días, es que ya haya hechos verificables que los estarían enfrentando, aunque la personalidad de ambos –extrovertidos y estentóreos- algo hacía presumir.

La oficina de Elon Musk en la que se anuncia desregulará la administración norteamericana al estilo Sturzenegger no estará en el ala oeste de la Casa Blanca –donde está el centro de poder y la oficina presidencial- sino en un edificio auxiliar, lo que hace presumir que su poder no será demasiado grande.

El gobierno de Trump ha eliminado los subsidios a los autos eléctricos en los que Musk pretende liderar frente a la competencia china que está arrasando.

Elon Musk fue excluido de la presentación del proyecto Stargate con el que Trump anunció una inversión de USD 500.000 millones en 10 años para el desarrollo de la IA. Quizás por ello o por su pelea con Sam Altman –CEO de OpenAI-, desacreditó el proyecto al afirmar que no tiene los fondos y sería “una bomba de humo”.

Además, un par de días después del anuncio DeepSheek y Alibabá –chinas- anunciaron aplicaciones de IA muy eficientes que se desarrollaron con un puñado de millones de dólares y microprocesadores poco avanzados, con lo que NVIDIA, la empresa líder en los desarrollos de los microprocesadores más avanzados cayó en el mercado de valores un 17% en un solo día y sigue cayendo.

Aranceles en el centro

Europa y Trump, muestran un creciente enfrentamiento por los aranceles que anuncia el presidente norteamericano a los que Europa respondería con aranceles compensatorios, y su intención de hacerse de Groenlandia, un territorio soberano de Dinamarca, que se reunió con Francia y Alemania, de lo que surgió la afirmación francesa de enviar tropas a esa inhóspita isla del Ártico lo que crea una impensable crisis interna en la OTAN.

En el Parlamento europeo, cada vez son más numerosas y frecuentes las afirmaciones respecto que la mayor amenaza a Europa es EEUU a lo que se agrega el explícito apoyo de Elon Musk a la ultraderecha alemana, su gesto hitleriano y su ataque al primer ministro británico entre otras cosas, que podrían ser consideradas “intervención extranjera”, el mismo argumento que la UE utilizó para anular las elecciones en Rumania y desconocer las elecciones en Georgia, donde ganaron partidos pro-rusos.

Hacia dentro de Europa, Ucrania bombardeó el oleoducto que abastecía a Hungría, Eslovaquia y Austria –miembros de la UE- que quedaron al borde del colapso energético, luego que interrumpiera a inicios de año, el paso de gas ruso por su territorio rumbo a Eslovaquia, Hungría y Moldavia. O sea, Ucrania agrede a los que debieran ser sus aliados en su incorporación a la UE.

Hacia dentro de Ucrania, Wladimir Klitschko, el ex campeón mundial de boxeo y alcalde de Kiev denunció “un golpe de estado” por el administrador militar del distrito que está intentando asumir tareas administrativas que no son de su competencia.

Mientras tanto la Federación Rusa, sigue con sus avances en una guerra de desgaste, en la que está muy cerca de reconquistar todo el Dombás, las repúblicas separatistas de Donetsk y Luganks por las que comenzó la “operación militar especial”, como denomina Rusia a la invasión-.

Por supuesto los BRICS y en particular China, son amenazados por Trump con aranceles de hasta 100% acelerando las sanciones tecnológicas de Biden, “si buscan destruir el dólar”, cuando negocian en otras monedas en un bloque económico que ya supera ampliamente al G7 –EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón- en población y PBI-.

Pero lo más llamativo es que Trump anticipó que Taiwán también será alcanzada por el aumento de aranceles que parecía su aliado tecnológico más importante a partir de las inversiones en EEUU de TSMC, la mayor empresa mundial de semiconductores, que hoy se enfrenta a ser golpeada duramente en su principal fortaleza, mientras es administrada por una coalición de partidos pro occidentales contra el Kuomintang –el partido más votado en las últimas elecciones-, que son aquellos que la fundaron pero hoy quieren un status quo con la República Popular China y se oponen a una relación tan cercana a EEUU, quien formalmente no la reconoce como país soberano.

Trump y América, se están enfrentando por las afirmaciones y anuncios del primero respecto de la imposición unilateral de aranceles del 25% a Canadá y México, contradiciendo el acuerdo de libre comercio –TLCAN- y la pretensión de renombrar el Golfo de México como Golfo de América.

Por supuesto que también es extrema, la pretensión de Trump de apropiarse del Canal de Panamá, que construyó a inicios del siglo XX y luego transfirió (1999) a Panamá con el argumento que “es controlado por China”.

Por ello, los países involucrados están constituyendo un frente común para enfrentar esas iniciativas, lo que incluye aranceles compensatorios a las importaciones desde EEUU y con anuncios de aumentos en sus presupuestos militares.

Ni hablar de la iniciativa trumpista de deportación de ciudadanos de países latinoamericanos que son “cazados” en escuelas, hospitales, trabajos, etc. con la sola acusación de “no tener residencia legal en EEUU”, cambiando lo establecido por la constitución de EEUU respecto del derecho de ciudadanía de quienes nacen allí, lo que está siendo cuestionado judicialmente.

Como consecuencia del temor generado, grandes cadenas –Walmart, Coso, etc.- se encuentran desabastecidas de productos frescos que eran cultivados y recolectados por inmigrantes, con gran ausentismo de ellos que evitan salir de sus casas para no ser aprehendidos y un creciente boicot a productos de EEUU de toda la comunidad latina.

En nuestro país, las peleas y alianzas tácticas hacia dentro de todos los partidos políticos y sus anteriores alianzas –LLA, peronismo, radicales, PRO y todos los bloques legislativos en donde las expulsiones y libro de pases está en su apogeo-, sindicatos y confederaciones gremiales, empresarias –UIC, Mesa de Enlace, etc.- parecen un rompecabezas muy difícil de armar.

Salvo por el consenso opositor respecto de las afirmaciones presidenciales y sus funcionarios respecto de las diversidades sexuales, la ESI, los femicidios, el matrimonio igualitario, el aborto, las leyes de cupo, etc. detrás de las cuales parecen encolumnarse grupos colectivos que en algunos de estos temas se han mostrado transversales a estructuras políticas y sociales tal como ocurrió con el presupuesto universitario o la protección de jubilados.

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