En el pueblo de «la araña»/Caras largas

Se realizará el juicio por un femicidio de 2023 en Calchín. La desfavorecida situación salarial de los empleados judiciales.

En el pueblo de "la araña"/Caras largas

Asamblea de los empleados judiciales.

En el pueblo del «araña»

Calchín es un pequeño pueblo de poco más de 3.000 habitantes, ubicado en el departamento Río Segundo, a 110 kilómetros de nuestra ciudad y con la actividad agrícola ganadera como sostén del desarrollo de esta comunidad, que se ha hecho mundialmente famosa por el extraordinario suceso del futbolista Julián “Araña” Álvarez, goleador y figura de la selección argentina de fútbol, RiverPlate, Manchester City y Atlético Madrid.

Sin embargo, y de no mediar imprevistos, a partir del lunes próximo, la gente de Calchín estará pendiente del juicio por el femicidio de Lorena Edith Rodríguez, quien sólo tenía 41 años cuando fue asesinada por su ex-pareja Roberto Gutiérrez de 42 y con quien tenía cuatro hijos, de entre 13 y 25 años de edad.

El tremendo asesinato ocurrió el 25 de septiembre del 2023, cuando Gutiérrez fue a buscarla al geriátrico Hogar de la Medalla Milagrosa, donde trabajaba Lorena. Si bien el atacante ya había sido denunciado por violencia de género en el 2021, en el momento del crimen no tenía orden de restricción ni la víctima botón antipánico.

El hecho fue premeditado, porque fue armado con un cuchillo en plena madrugada y cuando ella estaba descansando en un sillón. En esas circunstancias, la despertó para increparla y luego de una discusión la mató de varias de puñaladas. Inmediatamente, se subió a su auto, manejó 53 kms. hasta la comisaría más cercana de Las Varillas y se entregó diciendo: “Maté a mi exmujer y al cuchillo lo tiré afuera del pueblo”.

Por supuesto, la prueba es elocuente y por eso, seguramente la Cámara Once del Crimen lo condenará a prisión perpetua por homicidio calificado por el vínculo, la alevosía y la violencia de género. El de Lorena había sido el décimo segundo femicidio del año 2023 en nuestra provincia. A casi dos años de la tragedia, el duelo para esa pequeña comunidad podrá finalmente completarse. Ocurrió en Calchín…en el Pueblo de la “Araña”.

Caras largas

Los salarios que tradicionalmente cobraron los funcionarios y trabajadores judiciales han sido (y en muchos casos lo siguen siendo) de “buenos a excelentes”, si los comparamos con el costo de vida en el país y con los sueldos de trabajadores de otros ámbitos, por ejemplo, el de la prensa. De hecho, lo que hasta hace algunos años percibían los ingresantes u ordenanzas de tribunales, superaba lo que cobrábamos periodistas con título universitario y una antigüedad de muchos años.

Habitualmente la Corte Suprema disponía incrementos que igualaban o superaban la inflación y esos porcentajes se replicaban también en la Justicia Provincial. Pero tras la asunción del Presidente Milei y la primera devaluación del 118%, en ningún momento los gremios judiciales pudieron recuperar el desfasaje que se originó en esa instancia. Por lo tanto, el poder adquisitivo comenzó a resentirse fundamentalmente en los trabajadores de “la mitad de tabla para abajo”.

Por supuesto no es el caso de los jueces de la Corte o los Tribunales Superiores, que sumando diferentes ítems, cobran de 11 a 12 millones de pesos como mínimo y en algunos casos cerca de 15 ó 20 millones. Podríamos decir que “en números redondos”, un magistrado está cobrando 10 millones de pesos o más, un fiscal de cámara 8 y un secretario por lo menos, 6 millones. Reitero, son números generales que se agrandan más o menos, según los casos particulares. Recordemos también que sólo pagan el impuesto a las ganancias aquellos que ingresaron durante los últimos años.

Pero una de las cuestiones a tener cuenta, si consideramos a toda la plantilla, es la enorme brecha que existe entre lo que ganan los jueces más encumbrados y los trabajadores rasos. En la Justicia Federal por ejemplo, un ingresante cobra alrededor de $1.200.000 incluyendo el 25% del título universitario. En la Justicia de Córdoba, los salarios son más bajos y para los más nuevos, no superan los $800.000.

De hecho, en varias oficinas ya se hicieron recortes de gastos comunes como el dispenser con agua fría y caliente. Además, en lo que va del 2025, sólo hubo un primer aumento salarial inferior al 2% en enero y se esperan otros incrementos correspondientes a febrero y marzo. Dependerá que el gobierno nacional le baje los recursos a la Corte, en un contexto de ajuste histórico de los gastos estatales y que también está impactando en sectores que permanecían inmunes. Así las cosas, las quejas y los lamentos se multiplican y el panorama se oscurece. El “no hay plata” está pegando duro y en Tribunales, cada día hay más caras largas.

 

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