Escarnios institucionales

Por Fermín Bertossi

Escarnios institucionales

La secretaría de Energía de la Nación, Flavia Royón, con la complicidad del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), sin audiencia pública vinculante ni autorización legislativa, con exorbitancia de autoridad y recursos tributarios de todos los contribuyentes argentinos cumplidores, habría perdonado deuda a las distribuidoras eléctricas EDENOR y EDESUR.

En efecto, la misma alcanzaría la suma de unos 140.000 millones de pesos, facilitándoles adicionalmente un arbitrario plan de refinanciación de 96 cuotas (siempre prorrogables) para sus pasivos vigentes.

Es que el ENRE debe regular la actividad eléctrica y controlar que las empresas del sector cumplan con las obligaciones establecidas en el Marco Regulatorio y en los contratos de concesión; fundamentalmente garantizando tarifas justas y razonables en el marco constitucional de igualdad ante la ley, para contribuir substancial y operativamente a la inexcusable igualdad de trato y de oportunidades eléctricas en toda la geografía nacional, federal.

Recurrentes abusos de un poder ejecutivo autocrático se vienen entrometiendo desde su complejidad y “vulnerabilidad” funcional, en la pretensión de controlarlo “todo”, muchísimo más que al Enre o a los mercados agrícolas, nada menos que a los otros poderes legítimos de la República.

Tales manifestaciones autocráticas del poder ejecutivo (vg., en orden de supremacía, resistir los fallos de la Corte Suprema de Justicia, hasta la deslegitimada, irrita, incausada e irresponsable temeridad de promover el juicio o escarnio político como remate de la misma), unilateral y discrecionalmente socavan la seguridad jurídica y estabilidad temporal de las normas y contratos vigentes, no sólo con sutil coactividad, sino con la domesticada e insuficiente adhesión de un puñado de provincias clientelarmente afines; truncando e impidiendo que actores y sujetos económicos, nacionales e internacionales, puedan hacer predicciones más o menos firmes de cómo los tribunales resolverán las controversias sobre sus inversiones en caso de conflicto.

Petrificación y elefantiasis burocráticas nos vienen privando, en los hechos, de contar con la actuación y la presencia oportuna de funcionarios o servidores públicos idóneos e imparciales al servicio de un Estado, respetuoso de la Constitución y de la ley.

Urge entonces recrear cultura política republicana, ante el hartazgo de palabras y figuras políticas sin alternancias, que inadvertidamente transpiran su fractura esencial, sus sospechados origen y trazabilidad.

En la aurora de cuatro décadas en democracia, como ciudadanos, pero protagonistas, ya estamos obligados, perentoriamente, a exigir una regeneración salutífera de la dirigencia política con responsabilidades republicanas (actuales y futuras), para encarnar satisfactoria, oportuna y definitivamente, libertades y derechos constitucionales.

Por último, los autores de semejantes escarnios institucionales, con la excusa de tal “perdón eléctrico” también asestaron otro duro golpe a nuestra menguada cultura republicana y eficacia tributaria, manifestada en un decreciente cumplimiento de los deberes tributarios, dada la sinrazón de ser de nuestro contrato social y su campante incertidumbre, por la prolongada y apabullante incompetencia de nuestros gobernantes para mejorar la calidad de vida de todos los argentinos, malogrando una y otra vez el único fin y límite del Estado que no es otro que el bien común para un cabal buen vivir.

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