Sr. Director:
Escribo en respuesta a la carta de le lectora Karina Zeverin, publicada en la edición de la víspera en esta misma sección.
Los lectores de HOY DÍA CÓRDOBA no merecemos dejar pasar por alto la escandalosa (ruido, tumulto, inquietud) carta de lectores de Zeverin.
Mezcla circunstancias ciertas, que exagera, con consideraciones prejuiciosas y sacadas de contexto, hasta aventurar, audazmente, sin ninguna relación propia y alejada de análisis objetivo, un incierto futuro del Gobernador electo.
Adelanto que no voté por Llaryora. Ahora estoy arrepentido, después de advertir su hidalguía de no hacer un festejo anticipado frente al negacionismo de Juez de admitir su derrota, con el 90 por ciento de votos escrutados, cuando disponía de las actas aun no escrutadas que certificaban su derrota. Y aun hoy insiste en el desconocimiento, alterando la tranquilidad pública inmerecidamente.
Los cordobeses merecemos respeto de un senador de la República, que dice defender, y no el odio que expone contra sus opositores: los acusó de ladrones, quizá influenciado por el grupo político al cual pertenece, aumentando la no deseada “grieta”.
Por otra parte, el escrutinio provisorio, que todos saben que no tiene relevancia legal alguna (y mejor lo saben los abogados, como la lectora Zeverín) es precisamente para anticipar el número aproximado de sufragios futuros ciertos, que permita a la ciudadanía aventurar un ganador, y obliga a los candidatos, que saben su derrota, por cuanto tienen contabilizados internamente las tendencias reales, anunciar con valentía y humildad su condición, para aventar conjeturas, y, con serenidad, llevar tranquilidad al electorado.
No hacerlo puede entenderse como una torpeza política, no creo sea de mala fe, pero esa actitud merece ser criticada, y no insistir en sembrar sospechas y zozobras públicas sobre una elección que no tuvo ninguna denuncia importante de irregularidad en la emisión y guarda de votos y actas. Y tan sólo parcialmente en el trámite de conteo provisorio, en un intento sincero de hacerlo mejor, que durante mis largos 90 años de vida, siempre los hubo en todo conteo provisorio, propio de tal, por ser inmediato al sufragio, y que, como dije, tiene como objetivo anticipar un resultado y llevar certidumbre rápida a la población, paz y tranquilidad social, que obliga a los candidatos a respetar rigurosamente, sin egoísmo personal.
Horacio Lonatti, abogado jubilado