La mansión de Luis

Por Javier Giletta

La mansión de Luis

En noviembre pasado, el senador nacional Luis Juez aseguró: “Ningún argentino puede decir que la democracia le cambió la vida. La gente la está pasando muy mal”. Sin embargo, el autor de la desgraciada frase “¡Qué pueblo de mierda, los argentinos!” se equivoca en su apreciación, porque hay algunos argentinos (y argentinas) a los que la democracia les cambió su estilo de vida para siempre. Es el caso, por ejemplo, de María Victoria Corte, quien mantiene una relación matrimonial de más de 30 años con Luis Juez, y figura como única titular de una costosa mansión ubicada en uno de los barrios privados más exclusivos de la zona sur, Cañuelas Country Golf, el emblemático emprendimiento del Grupo Edisur.

Casualmente este grupo empresarial, encabezado por el magnate Horacio Parga, logró un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas gracias a ciertas políticas públicas que lo beneficiaron abiertamente, contando con los favores de distintos intendentes capitalinos, entre ellos el propio Luis Juez entre 2003 y 2007.

Esta coqueta y suntuosa vivienda fue construida en el año 2020, en plena pandemia, cuando el país estaba paralizado por la emergencia sanitaria, lo que evidencia que hubo argentinos (y argentinas) a los que les fue muy bien, incluso en aquellas críticas circunstancias. Se levantó en base a planos diseñados por los arquitectos Adolfo Mondajar y Francisco Figueroa, y se caracteriza por estar enteramente vidriada con sus cerramientos en paneles de aluminio. Un trabajo digno, hecho a la medida de las necesidades del verborrágico senador.

El lujoso inmueble “intenta alejarse de la estética propia de este tipo de barrio, tanto en escala como en imagen, en busca de una síntesis de su expresión morfológica y cromática”, tal como lo describe la revista digital Design Boom, reconocida por dar publicidad a obras y diseños ligados a la arquitectura artística. Y señala: “Se accede a la casa a través de un patio privado, que también integra una cochera cubierta. La cocina, el comedor y la sala de estar de la planta están contenidos dentro del volumen acristalado del plano de planta en forma de U, mientras que el lado lateral de la casa comprende los cinco dormitorios. El bloque de dormitorios presenta pantallas móviles hechas de paneles de aluminio, que brindan privacidad y sombra cuando están cerrados, con conexión visual y física cuando están abiertos.”

La valuación fiscal del terreno, que cuenta con una superficie total de 1.500 m2, asciende a más de cinco millones de pesos. Y la zona edificada, que alcanza los 471 m2, tiene una cotización de 14 millones; por lo tanto, su valor fiscal total supera los $ 19.000.000. Pero según el historial de Rentas, en 2018 la base imponible de la propiedad de María Victoria Corte era de tan sólo 504.000 pesos. Al año siguiente, ese valor se multiplicó por seis, hasta rozar los tres millones. Para 2020, cuando la vivienda se encontraba en construcción, ya superaba los cinco millones. Finalmente, a partir de 2022, con la mansión en su plenitud, se triplicó su cotización oficial para alcanzar su valuación actual.

Aun así, se sabe que ese no es su valor real: una inmobiliaria local, consultada a tal fin, estimó su precio en 650.000 dólares (lo que equivale a unos 250 millones de pesos). Otros expertos, en tanto, afirman que, con su vidriado total y su carpintería de aluminio, más los cerramientos móviles exteriores y el aire acondicionado integral, junto con los múltiples detalles de calidad de esta modalidad constructiva, la mansión estaría pisando hoy el millón de dólares.

Lo más llamativo de todo esto es que a María Victoria Corte no se le conoce ninguna actividad empresarial, y tampoco ejercicio profesional alguno, de manera que pueda justificar la adquisición del terreno y la construcción de tan glamorosa vivienda. Y si bien en AFIP figura como asesora inmobiliaria, lo cierto es que no cumple (y jamás cumplió) funciones en ninguna desarrollista local. Por el contrario, durante años se desempeñó como docente en institutos de enseñanza; y es fácil advertir que con el magro salario docente resulta imposible acceder a semejantes lujos. Máxime si quien figura como titular registral del inmueble está inscripta como monotributista, en la categoría “D” (tope de facturación anual: $ 2.583.720).

Todo lo anterior nos hace presumir que el verdadero dueño de esta exclusiva mansión es el propio senador y no su cónyuge (sin perjuicio que se trataría de un bien ganancial), puesto que es el único con capacidad económica suficiente como para haber costeado su construcción. Y hasta donde se conoce, Luis Juez hace 40 años que vive de la política, que es su principal actividad, habiendo ocupado diversos cargos públicos en ese lapso, entre ellos, el de intendente de esta capital.

Cabe recordar que, en 2021, y siempre fiel a su estilo mediático, Juez presentó aparatosamente una declaración jurada de bienes, en la que detalló que era propietario de cuatro inmuebles y dos automóviles de modelo reciente, omitiendo consignar en aquella ocasión la adquisición de la mansión en el Cañuelas Country Golf. Tampoco lo menciona en el ítem “Noticias patrimoniales de interés de los últimos 5 años y datos adicionales para una correcta determinación del patrimonio” del funcionario público, donde se deben incluir los bienes adquiridos por familiares.

Y en cuanto al valor de su masa patrimonial, para 2020 consta un monto total de $ 14.044.304, lo que demuestra que el paladín en la lucha contra la corrupción carece de la debida transparencia, subvaluando el precio de los bienes en sus declaraciones juradas y omitiendo toda referencia a inmuebles que son propiedad de su núcleo familiar.

Es verdad que en nuestro país la democracia está en deuda, porque aún no le ha podido cumplir los sueños a todos los argentinos y argentinas. Pero hay algunos a los que los sueños parecen habérseles cumplido.

Salir de la versión móvil