Llaryora pone primera y la campaña de baja intensidad empieza a tomar vuelo

El gobernador cree que puede tensar con Milei y calcula que el presidente ya no tiene el poder cancelatorio de antes. Los opositores apuran sus armados sin mostrar hasta ahora las estrategias.

Llaryora pone primera y la campaña de baja intensidad empieza a tomar vuelo

Por Juan Manuel Fernández (Especial para HDC)

 

La escena era incómoda. Al calor insoportable de la tarde de Dean Funes se sumó la disposición de los asientos para autoridades e invitados al acto de apertura de sesiones de la legislatura. Luis Juez, Rodrigo de Loredo y Gabriel Bornoroni compartieron palco durante el discurso del gobernador. Tres hombres con la misma aspiración de ocupar en 2027 el sillón principal del Centro Cívico. Invitados a cruzar saludos con forzada amabilidad y a oir varios dardos de Martín Llaryora que sin nombrarlos los increpó.

El gobernador sabe que la elección de medio término resultará un triunfo claro de La Libertad Avanza más allá de quienes sean los candidatos de Javier Milei en Córdoba y por eso hizo su apuesta y la exhibió en la Apertura del año legislativo: se apoyará en el modelo de gestión cordobés y aspira a renovar las dos bancas que pone en juego.

En la apertura de sesiones se mostraron las líneas argumentales que escucharán los cordobeses en los próximos meses con acento en cuentas ordenadas, obra pública y recorte con “rostro humano”.

Entre los puntos de dolor de la gestión figura la preocupación de los ciudadanos por la inseguridad y la oposición lo remarca en cada ocasión. Durante el acto -en una jugada hábil-  el gobernador le agradeció el trabajo conjunto a la ministra Patricia Bulrrich y con eso intenta repartir cargas: si lo critican por ese tema en parte también lo hacen con la jefa de la cartera nacional aliada de varios opositores.

Del impuestazo ya recibió réplicas y movidas legislativas de la UC y las espera también del juecismo, el PRO y los libertarios. Rodrigo de Loredo dió el primer paso y sus legisladores presentaron un proyecto para imponer un tope a los aumentos del impuesto inmobiliario. A todos les responderá como ya lo hizo el legislador Miguel Siciliano y el ministro de gobierno Manuel Calvo: que nada hicieron por reclamar los fondos que la Nación le adeuda a la provincia.

Un guión bien escrito, prolijo y útil que ordena el discurso de los funcionarios, intendentes, militantes y adherentes. El gobernador les reclamará a todos un fuerte trabajo territorial, cara a cara en el que tanto confía Llaryora y al que le debe sus triunfos electorales.

Pero todo es relativo en tiempos libertarios y la realidad contrasta con el desafiante modelo mileista encarnado en un electorado desencantado y hostil con la política tradicional pero con bolsillos erosionados por la pérdida de poder adquisitivo.

La batalla cultural del presidente sigue consolidando un núcleo duro del 30 por ciento, especialmente de varones jóvenes y adultos de nivel socioeconómico variado. El resto de sus potenciales votantes, que en Córdoba superarán la mitad del total según algunas encuestas, viven en la tensión de una economía que enderezó las variables macro pero que adeuda señales concretas de las familias y su bienestar. En esa franja, también desencantada pero de ánimo moderado, espera cosechar votos y representar voluntades.

En el Centro Cívico todos esperan que la apuesta por tensar críticamente a Javier Milei esta vez no afecte la imagen del gobernador que a principios de 2024 sufrió una caída importante por enfrentar al presidente pero también entienden que no tienen otra opción.

Llaryora intuye que cuando todos buscan una alianza con el libertario alguien debe encarnar la crítica opositora y este es el momento porque Milei perdió parte del poder cancelatorio que ostentó con fuerza al principio de la gestión. Una idea que parece más extraída de los yacimientos de focus groups, que elaborada en la intuición caliente de las usinas políticas.

Un dato confirma este último punto y merece algún análisis basado en encuestas más profundas: el espacio mileísta acusó un dolor después del discurso de Davos y según la consultora Synopsis las menciones positivas del mandatario en escenarios digitales cayó del 61 al 37 por ciento. Las negativas pasaron del 25 % al 50% tomando como fecha de corte el 22 de enero y coincidiendo con el discurso en el foro económico. Los blindajes no son eternos y los polos opositores pueden consolidarse a partir de sucesos inesperados o de errores no calculados.

Una regla de la política indica que para ejercer el poder hay que producir poder. Hasta ahora vivimos una inédita experiencia de tomas de medidas extraordinarias que consumieron mucho capital simbólico disponible. También vimos a un presidente con una capacidad de producción y reproducción de poder insólita para la sociedad argentina.

Todas las encuestas indican que los ciudadanos están dispuestos a reponer ese capital político indispensable para continuar con las reformas pero también que más tarde o más temprano aparecerán las demandas de una mejor calidad de vida para las familias. Si Milei lo logra podrá dar todas las batallas culturales que quiera, si fracasa deberá rendir cuentas como cualquier otro político por más extraordinario e insólito que haya sido su proceso de ascenso al poder.

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