¿Moneda común entre Venezuela y Brasil?

Por Ronald Ángel

¿Moneda común entre Venezuela y Brasil?

La reunión que realizaron los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Venezuela, Nicolás Maduro, dejó temas esenciales que ponen sobre la mesa cuestiones geopolíticas de interés que apuntan a la construcción de una nueva arquitectura financiera regional y mundial.

Luego de ocho años de relaciones fracturadas y llevadas al mínimo nivel de comunicación, Lula y Maduro finiquitaron un encuentro bilateral en Brasilia en el que hablaron sobre la importancia de construir un nuevo modelo financiero a partir de la integración regional. Temas como la disminución de las desigualdades, la pobreza y el fortalecimiento de las economías locales fueron transversales en el encuentro bilateral, donde ambos líderes concordaron en la necesidad de trabajar a favor de que la región se haga más fuerte a partir de la unión en bloque para poder negociar con poder ante el mundo.

En ese sentido, Lula resaltó que deben tener claro y entender que sólo a través de la unidad e integración regional se puede ser más fuerte para enfrentar los retos actuales generados por dificultades económicas y procesos políticos que generaron retroceso en el continente y más necesidades en la población. En ese sentido, dijo que es el momento para que la región se presente ante el mundo como un bloque cohesionado, unitario, con políticas firmes y claramente definidas para consolidar políticas financieras, monetarias y comerciales que abran paso a una era de progreso y desarrollo. “Mi sueño es tener una moneda común”, definió Lula: es uno de los pasos para avanzar hacia la independencia económica es lograr que la región tenga una divisa con la que pueda realizar sus transacciones de manera independiente al dólar.

Para el líder brasileño, “no es posible” que en una región tan rica como Sudamérica y con tantos recursos, aún los gobiernos no se hayan puesto de acuerdo para avanzar en esa idea y sobre todo, que sigan limitados a negociar entre ellos porque no tienen libertad económica. Lula recordó que esa propuesta de una moneda común la ha mantenido desde que tuvo su primera gestión como presidente de Brasil, una idea que llegó a compartir con el mandatario venezolano Hugo Chávez. El presidente brasileño puso como ejemplo de esa necesidad a Venezuela, que por ser objeto de bloqueos y sanciones por parte de EEUU tiene limitaciones para pagar sus importaciones, una situación que calificó como algo peor que una guerra, porque al prohibir y castigar esas transacciones se provocan muertes de inocentes como niños, mujeres, adultos mayores, “que nada tienen que ver con las disputas ideológicas”

Para Lula, un ejemplo del nuevo modelo al que debe apostar Suramérica y el resto de Latinoamérica y el Caribe es lo que hacen los países que integran el bloque de los BRICS, (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que ya trabajan en realizar sus transacciones en monedas distintas al dólar, y que podrían llegar incluso a tener una moneda común.

El presidente Maduro acordó con Lula que Sudamérica necesita trabajar en función de construir la nueva geopolítica regional. Agregó que la región requiere convertirse en “un gran cuerpo político” para participar en la construcción del nuevo modelo soberano a partir de una unidad regional, entre esos puntos están la defensa de la Amazonía y el medio ambiente, el desarrollo social y económico, la creación de un sistema de salud público que funcione en todo el continente, la seguridad alimentaria y la independencia financiera y monetaria, o sea, una moneda común.

Lula y Maduro también suscribieron nuevos acuerdos de cooperación estratégica y una amplia declaración conjunta para fomentar las relaciones bilaterales y fortalecer el desarrollo entre ambos países. La Cancillería brasileña informó que los memorandos establecen mecanismos de supervisión y seguimiento de la cooperación bilateral Brasil-Venezuela, para la cooperación técnica Sur-Sur, basada en el intercambio horizontal para enfrentar desafíos similares del desarrollo socioeconómico. Este mecanismo realizará reuniones semestrales para tratar asuntos de interés común, organizará misiones técnicas para la negociación y formulación de proyectos y actividades de cooperación, evaluará la ejecución de programas, entre otras iniciativas y actividades.

Ambos países acordaron trabajar para alcanzar su “amplio potencial para la expansión del comercio” bilateral, que llegó a ubicarse sobre los 6.000 millones de dólares en 2013 y que cayó, tras la fractura de las relaciones en los últimos ocho años, a poco más de 1.500 millones. De igual forma, los presidentes sellaron otro memorando de entendimiento para explorar oportunidades y profundizar los intercambios en los ámbitos de la agricultura, la ganadería, soberanía, seguridad alimentaria y nutricional.

La extensa declaración conjunta acuerda trabajar en 55 puntos específicos, en lo político, económico, financiero, social, humanitario, medioambiental, diplomático, alimentario, seguridad, salud, energía, lucha contra el racismo, discriminación, derechos humanos, políticas de igualdad para las mujeres y sexodiversidad.

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