Muchos quedaron en «orsai» en el armado de listas

Por Pedro D. Allende

Muchos quedaron en "orsai" en el armado de listas

Se van develando expectativas en el armado de listas. En Córdoba parece que siempre hay que esperar, para tener la precisa, hasta que los anuncios se concretan. Les cuesta mucho a los periodistas dar el batacazo, como lo demuestran los oscilantes titulares de los medios oficialistas, que desde hace semanas suben y bajan candidatos al compás de los chismes que apenas alcanzan a pellizcar.

Lectoras y lectoras consecuentes de esta trinchera comunicacional recordarán que no hace tantos días dijimos aquí que Llayora en persona (ni el llaryorismo, ni Schiaretti o sus acólitos) estaba empeñado en generar alguna ganancia adicional en su base de votantes, a partir de la conformación de las dos fórmulas principales que competirán en 2023: 1) La suya propia, en la cual Juan Manuel Llamosas era su preferido para protagonizar la campaña, pero donde hacía falta una tracción de votos no justicialistas (al estilo de la Unión por Córdoba de 1998, cuando José Manuel de la Sota incorporó a Kammerath); 2) la de la ciudad capital, donde una pata no peronista podría sumar los votos que venían acompañando al cordobesismo localmente y al macrismo a nivel nacional en los últimos procesos electorales.

Desde hace semanas, algunos dirigentes del PJ con mayor capacidad de análisis mencionaban (por lo bajo, mientras arreciaban los clamores autogenerados en derredor de Natalia de la Sota y Alejandra Vigo), que figuras como Laura Rodríguez Machado o Soher El Zukaría estaban hechas a la medida de las necesidades de Martín, particularmente en la Capital, donde el ala conservadora amarilla tiene arraigo entre votantes de las clases medias y altas. Antes de eso, se habló también de la “solución Santos”, muchas veces operada por actores que asesoran tanto al schiarettismo como al ex ministro de Turismo de Macri.

Curiosamente, el propio llaryorismo siempre bajó el precio de estas versiones. Según las fuentes, los candidatos o candidatas eran: para la provincia, Natalia o Alejandra; y para la ciudad, Miguel Siciliano, o su esposa, Victoria Flores. Mientras tanto, Llaryora, en solitario (el intendente parece mantener a muchos amigos enchufados en la campaña, pero sin contar con una mesa chica local en la cual apoyarse; sabrá él las razones… pero, por lo que se puede pispear, hace bien en mantener esa postura) seguía perfilando su estrategia.

Desde hace tiempo las relaciones con Myriam Prunotto son consistentes, y apuntando al crecimiento de la figura de la actual presidenta del Ente Metropolitano. Se trata de una dirigente muy experimentada, reconocida por su larga gestión en Estación Juárez Celman (donde su familia posee un largo arraigo político), a la que ni schiarettistas ni adláteres de Martín le asignaron posibilidades ciertas de protagonismo en esta campaña (“la ubicarán en algún lugar del gabinete provincial, donde pueda contener a algunos radicales que crucen la avenida”, se decía).

Ni hablar del caso de Pretto, presidente del PRO local que no estaba en el radar de nadie, y cuya entronización fue negada incluso durante el mismo día de los anuncios.

Goles anulados

Dice Wikipedia (perdón por el atajo, pero vale en este caso): “En fútbol, fuera de juego, offside, fuera de lugar, órsay (u orsai), o posición adelantada, es una regla de carácter estratégico, introducida con la intención de ordenar el juego”. Cuando un jugador o jugadora quedan más cerca del arco que la propia pelota y el penúltimo rival, el juez debe invalidar su participación en el partido.

¿Recuerda aquel fatídico partido entre Argentina y Arabia Saudita, primero del Mundial 2022, cuando la prolija táctica del técnico francés orientador de los saudíes invalidó tres goles argentinos generados en diez situaciones de posición adelantada, tan quirúrgicas que ni Messi las pudo evitar? Del mismo modo, numerosos operadores del justicialismo y de Juntos por el Cambio han quedado, transitoriamente, fuera de juego, en rotundo orsai:

Los viguistas (y tras ellos buena parte del schiarettismo) que prometieron un huracán para asegurar que la compañera Alejandra sería el tótem e imán de la campaña 2023 y del gobierno por venir.

Los que aseguraban que sólo un inconsciente podría prescindir del apellido De la Sota en la principal fórmula en competencia.

Los que afirmaban categóricamente que no habría fuga del macrismo al peronismo (con tanta modificación de nombre ya no sé muy bien cómo llamarlo esta semana).

Los radicales que aseguraban haber tendido líneas con el grupo díscolo (donde ha tallado mucho, según dicen, un viejo amigo de Llaryora: el intendente de Arroyito, Gustavo Benedetti, del cual se espera protagonismo) para retenerlo en el redil cambiemista.

Los que aseguraban que las duplas saldrían de la dirigencia peronista emergente, en especial del último gobierno municipal que aún no ha terminado.

Los que ponían a Manuel Calvo en el centro de la escena como gran articulador de negociaciones que lo incluían, encabezando la boleta de legisladores provinciales.

Los juecistas, que esperaban sacar ventaja del anuncio de fórmulas, donde el factor sorpresa fue impulsado por el oficialismo (dicen mis cambiemistas de confianza que el acto del sábado en el Orfeo “fue un velorio”, con muchos enojos tras alumbrarse el tándem Juez-Carasso).

¿Sigo? No hace falta.

Repasando otras candidaturas, Llamosas encabezará la lista de 44 legisladores que se eligen por lista única (probablemente para ejercer posteriormente como presidente provisorio, tercera autoridad provincial, si triunfa el oficialismo) y en muchos de los 26 departamentos, los liderazgos tradicionales buscan diferentes maneras de adaptarse a la limitación de las “re-re”. Varios actuales ministros/as de Juan “comparten sábana” con algunos sobrevivientes de la actual legislatura (incluidas las postulaciones para el Tribunal de Cuentas) colándose algunos/as secretarios/as municipales.

Poca sorpresa -y menos renovación- en cuanto a nombres (se espera que algunos finalmente recalen en el gabinete, de ganar el peronismo). En materia de concejales de la Capital, la conversación recién empieza.

Empezamos la campaña en serio con unos cuantos y ruidosos “orsais”. ¿Serán los últimos? A juzgar por los hechos, el único que lo sabe, lo consulta sólo con su almohada.

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