El diputado Rodrigo de Loredo vive por estos días una encrucijada que lo depositará en alguna lista, en cierta posición y con alguna alianza. Su entorno y sus partidarios no pueden o no quieren revelar a dónde lo llevan los factores externos que poco a poco fue dejando de controlar. Algunos por errores de cálculo y otros por circunstancias de un clima político inédito en la Argentina.
El ideal para el diputado que concluye su mandato es representar la síntesis de una alianza que incluya a la UCR, La Libertad Avanza y el PRO. Demasiado para alguien que vio menguado su margen de maniobra en forma considerable tanto dentro de su partido como en su bloque en el Congreso.
Se avecinan días complejos cuando Milei envíe a ambas cámaras los vetos a leyes que sensibilizan y mucho a los argentinos de todos los estratos sociales: el aumento a las jubilaciones y la emergencia para la discapacidad. Miles de familias padecen recortes de prestaciones y en casi todas hay un jubilado y la acrobacia argumentativa para justificar será digna de ver si ocurre. Desde Casa Rosada exigirán una prueba de lealtad si quieren ser dignos de la lapicera de Karina.
Intendentes en modo resistencia con apoyo condicionado y advertencias internas
Los intendentes radicales-casi los únicos dirigentes con arraigo territorial palpable- no quisieron nunca una interna, pero tampoco quieren atragantarse haciendo campaña defendiendo las políticas de Milei que les recorta obras y fondos. Para lo primero, los alcaldes le dieron a De Loredo su apoyo para los segundo le van a imponer condiciones a Marcos Ferrer (intendente de Río III y presidente del partido) con quién suponen que manejan el mismo idioma en clave de gestión.
Lo que es seguro que no primará es la propuesta del intendente de Mina Clavero, que pidió el abstencionismo en las legislativas de octubre, pero es difícil que hagan equilibrio frente a un contexto donde los recortes y la crisis se imponen, más allá de la ideología que las cúpulas ignoran en sus estrechos círculos alejados de las materialidades de los gobiernos locales.
La autonomía como estrategia frente al silencio del cordobesismo
Lo pensó durante mucho tiempo y lo habló con su círculo más cercano en reiteradas ocasiones: Natalia de la Sota decidió hace varios meses no esperar una llamada. Ya lo hizo en el ‘19, en el ‘21 y por último en el 2023 y esta vez decidió construir de manera autónoma sin depender de las decisiones de otros. “Siempre hay tiempo y lugar para una charla, pero las chances de que se baje o se una son bajas, por no decir nulas” asegura un operador de la diputada nacional.
La expresión opositora al gobierno nacional que podría encarnar la hija del ex gobernador dentro de la lista oficialista hubiera representado una oportunidad para contener el voto de los desencantados con Milei por un lado y las bondades del modelo cordobés por el otro. Martín Llaryora -y eventualmente Schiaretti si es candidato- deberán encarnar ambos roles y alguno no resultará verosímil.
La jugada que algunas bases del peronismo local le reprochan al cordobesismo es que al abrazarse a otras fuerzas políticas desplaza a sectores internos que en forma tímida pero creciente comienzan a reunirse por su cuenta. El desafío es evitar que cobre volumen esta tendencia. “Si Natalia junta los votos para revalidar su banca por fuera del oficialismo sería una catástrofe para el PJ, y si queda afuera pero suma una cifra importante, también” resumía un operador.
El PJ bonaerense y la ruptura evitada: Kicillof, Cristina y una tregua frágil
Mientras en la provincia de Buenos Aires se cierran listas para las elecciones de legisladores, concejales y otros cargos los observadores empiezan a extraer conclusiones de los movimientos que hicieron todas las fuerzas políticas. Por el lado de La Libertad Avanza quedó en evidencia el poder de la hermana presidencial que priorizó los candidatos puros y relegó a los nombres que acercó Santiago Caputo, otrora figura fuerte del triángulo de hierro.
En el peronismo se expresó la máxima que dice que no hay renovación sin ruptura y eso es lo que estuvo a punto de ocurrir el sábado cuando Kicillof amenazó con llevar lista corta en todas las secciones. Los intendentes que se juegan sus concejos deliberantes se desesperaron y forzaron a Cristina Fernández que cedió y La Cámpora deberá conformarse con lugares expectables, pero lejos de los primeros lugares. El verticalismo que siempre fue una marca del kirchnerismo parece que comenzó a resquebrajarse.
Por su lado, Somos Buenos Aires será la marca que contiene el armado de Juan Schiaretti. El único nombre importante es Julio Zamora, intendente de Tigre, que encabeza la Primera Sección electoral -que es además la más populosa-.
Un ex diputado por aquella provincia se pregunta por qué el ex gobernador se adentró en un territorio que desconoce. “Se sacó una foto con un personaje muy cuestionado como Raúl Otacehé, no tienen penetración real en la Tercera Sección y se asoció con muchos dirigentes que representan a poca gente” dijo con ironía.