Passerini busca aire financiero para relanzar la gestión

El intendente acelera para aplicar la SUBE en Córdoba y así conseguir alivio en las cuentas de los subsidios que drenan las arcas municipales. 

Passerini busca aire financiero para relanzar la gestión

El intendente de Córdoba nunca esquivó la exposición pública a la que cree que sabe cómo afrontarla desde el perfil de político cercano a la gente y con aire campechano. Su trabajo como médico una vez por semana en un consultorio de barrio Muller, las referencias futboleras en cada contacto con la gente y el contorno de hombre de pueblo que aún lo acompaña aunque lleve más de 20 años residiendo en la capital representan la composición de un tono que lo muestra sereno y seguro ante los micrófonos.

Pero nada de eso pudo capitalizar ante la opinión pública porque su administración en la municipalidad de Córdoba ha tenido que manejar costosos recortes de recursos que diezmaron la chance de hacer obras y cortar cintas, incluso de ejecutar mantenimientos básicos de servicios que se le reclaman a un jefe comunal como bacheo, mejoras, alumbrado y hasta limpieza.

Aunque nunca tuvo un costado confrontativo eligió ponerse al frente del reclamo de un grupo de intendentes del interior que reclamaron al gobierno nacional por un reparto más federal de los subsidios al transporte incluso distanciandose un poco del gobernador Llaryora que prefirió no batallar con el presidente libertario.

El pedido resulta insoslayable para un municipio que todos los meses debe costear con recursos propios los 10.000 millones de pesos mensuales que sirven para mantener el precio del boleto urbano por debajo del costo real. A poco de asumir la política de motosierra le podó todos los fondos que desde Nación y Provincia llegaban para cubrir el 70 por ciento de las necesidades en materia de transporte.

Con paciencia oriental y en silencio Passerini aceitó los contactos para lograr que el sistema SUBE se aplique en Córdoba y le otorgue un respiro a una gestión que necesitaba una hecho positivo para mostrarse dinámica y en marcha. Antes hubo anuncios de que llegaría en noviembre pero se frustró.

Aunque restan varios detalles puntuales para su implementación total esto le permitirá a los sectores más vulnerables o necesitados acceder según sus atributos a descuentos significativos en el precio del boleto y que en algunos casos llegaría a poco más de 600 pesos. Valores insólitos solo comparables con algunos que se ofrecen en el subsidiado AMBA.

Algunos señalan al cordobés Franco Mogetta como uno de los factores que aceleraron la llegada de la SUBE a la capital. Si bien la participación del ex secretario de transporte de Schiaretti fue clave en muchos aspectos fue el ministro Luis Caputo quien habilitó el proceso de implementación.

Pero uno de los escollos que debieron sortear fueron las condiciones que imponía el Banco Nación como agente recaudador del sistema y que pedía amplios plazos para el pago a los prestadores y comisiones que debieron negociarse con el cordobés Daniel Tillard que está al frente de la banca pública.

Mientras tanto, las validadores ya se están instalando en las unidades del sistema y esperan que en abril ya se pueda acceder a los beneficios completos de la SUBE pero los funcionarios aguardan que esto tenga efectos concretos en las finanzas comunales. “En la segunda mitad del 2025 deberíamos ver un recorte de casi la mitad de la plata que ponemos ahora. Si eso ocurre nos ahorraríamos casi 5.000 millones por mes: un montón de dinero para esta gestión” graficaba un secretario del gabinete de Passerini.

El recuerdo de un ex intendente

Aunque Ramón Mestre abandonó el Palacio 6 de Julio en diciembre de 2019 su recuerdo aun resulta imborrable para algunos integrantes de la gestión actual. Es que por estos días la comuna capitalina deberá pagar el total del vencimiento de una letra que emitió el entonces intendente radical y cuyo valor es de 25 millones de dólares. La falta de un acuerdo con el FMI impide la refinanciación de esos instrumentos financieros y durante el mes de marzo deberá ser cancelada.

En septiembre vence otra letra por el mismo monto y se suma a dos que se pagaron en el 2024. “¿Te imaginás las obras que podrían haberse hecho con 100 millones de dólares?” decía un concejal oficialista para graficar el costo que tiene para esta administración pagar las deudas de los anteriores intendentes y agregaba “en un caso cortás una cinta en el otro ¿que hacés? ¿mostrás un recibo?”.

Hasta que el intendente no vea reflejada en la caja para obras las gestiones que acelera en Buenos Aires no podrá exhibir el perfil que siente que mejor le queda a un político: el de hacedor.

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